Más de 500 mil personas sin agua por daños y alta turbidez en acueductos tras las lluvias de la tormenta Melissa

La tormenta tropical Melissa continúa afectando a la República Dominicana con fuertes lluvias y vientos, dejando a su paso más de 500 mil personas sin servicio de agua potable, decenas de familias desplazadas y diversas infraestructuras dañadas en varias provincias.

El Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA) informó que 51 acueductos resultaron afectados, de los cuales 48 están fuera de servicio total y 2 parcialmente, afectando a 502,602 usuarios. En Santo Domingo, la CAASD confirmó la salida de servicio del sistema Isa Mana, lo que deja sin agua a Pedro Brand, Los Alcarrizos y Santo Domingo Oeste, donde viven más de 144 mil personas.

En la provincia de San Juan, más de 50 personas permanecen en albergues preventivos, mientras que otras familias fueron trasladadas a casas de parientes ante el riesgo de desbordamientos cerca de la presa de Sabaneta.

La Defensa Civil, el Ministerio de Obras Públicas (MOPC) y la Comisión Militar y Policial (COMIPOL) reportaron caídas de árboles, obstrucción de vías y daños en casetas de servicio, principalmente en las autopistas Las Américas y Juan Pablo II. En Barahona, la explosión de un transformador dejó sin electricidad al hospital municipal Teófilo Gautier.

El Consejo Nacional de Prevención, Mitigación y Respuesta, encabezado por el presidente Luis Abinader, decidió mantener la suspensión de clases en las provincias en alerta roja y de labores desde la 1 de la tarde del miércoles para el sector público y privado, como parte de las medidas preventivas.

El COE y el Indomet advirtieron que la tormenta se mantiene “errática y de movimiento lento”, por lo que las lluvias continuarán en gran parte del país durante las próximas horas. Mientras tanto, las instituciones de emergencia mantienen operativos los planes de contingencia, con el envío de camiones cisterna, equipos de rescate y brigadas en zonas vulnerables.

La tormenta Melissa sigue avanzando lentamente sobre el Caribe, dejando tras de sí una estela de daños, incertidumbre y la esperanza de que su paso no cobre vidas humanas.