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La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó este miércoles, por abrumadora mayoría, una resolución que reclama nuevamente el fin del embargo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba.
El texto, titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, obtuvo 165 votos a favor, 7 en contra y 12 abstenciones.
A los tradicionales votos negativos de Estados Unidos e Israel, se sumaron este año Argentina, Paraguay, Hungría, Macedonia del Norte y Ucrania, lo que marca un aumento en el número minoritario de países que se oponen a la resolución. Entre las abstenciones se contaron las de Albania, Bosnia y Herzegovina, República Checa, Ecuador, Costa Rica, Estonia, Letonia, Lituania, Marruecos, Polonia, Moldavia y Rumania.
El viraje más significativo se observó en América Latina, donde Argentina y Paraguay modificaron su voto histórico a favor de Cuba.
En el caso argentino, la decisión generó amplio debate político. La prensa local describió la votación como una “prueba de fuego” para el nuevo canciller Pablo Quirno, cercano a la Casa Blanca. El cambio de postura contrasta con la de 2024, cuando la entonces ministra de Exteriores, Diana Mondino, había votado a favor de la resolución, lo que precipitó su salida del gobierno de Javier Milei.
Paraguay, por su parte, también votó en contra tras dos años de respaldar la moción cubana, a pesar de que su presidente, Santiago Peña, había manifestado públicamente su “preocupación” por la situación económica de la isla.
Mientras tanto, Costa Rica y Ecuador se abstuvieron. Ambos países han fortalecido su relación con Washington tras la visita del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, quien advirtió a sus gobiernos que “es mejor ser amigo que enemigo de Estados Unidos”.
El previsible rechazo de Estados Unidos se produjo sin la presencia de su embajador ante la ONU, Mike Waltz, quien no asistió a la sesión. En el debate previo, Waltz calificó la resolución de “propaganda” y “teatro político”, negando la existencia de un bloqueo real contra Cuba.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, respondió duramente, acusando a Washington de “mentir” y de expresarse “con grosería y prepotencia” ante la comunidad internacional. “EE.UU. no solo miente, desviándose del tema, sino que se expresa con una incultura que no se admite en esta Asamblea”, afirmó Rodríguez.
A pesar de los siete votos en contra, el resultado volvió a evidenciar el aislamiento de Washington en la arena internacional respecto a su política hacia Cuba, que se mantiene vigente desde hace más de seis décadas.
