
La Casa de la Moneda de Estados Unidos en Filadelfia acuñó la última moneda de un centavo, poniendo fin a 232 años de producción. La pieza, que lleva el retrato de Abraham Lincoln, marca el cierre de una larga tradición que comenzó en 1793 y se mantuvo como el símbolo del dólar más pequeño en circulación.
La decisión de discontinuar el centavo se tomó debido a su alto costo de fabricación: cada moneda cuesta 3,69 centavos, lo que representa una pérdida significativa para el gobierno en comparación con su valor nominal. Por esta razón, el Departamento del Tesoro consideró insostenible seguir produciéndola para uso cotidiano.
Aunque dejará de acuñarse para la circulación general, la moneda conocida como "penny" seguirá siendo de curso legal y permanecerá en circulación mientras se retira gradualmente de la economía. Los comercios y consumidores continuarán utilizándola hasta que el cambio sea más frecuente con monedas de mayor denominación.
El Departamento del Tesoro estimó que la medida permitirá ahorrar aproximadamente 56 millones de dólares al año.