
Ciudad de Guatemala.- Ricardo Arjona concluyó su residencia en la Gran Sala Efraín Recinos con 27 funciones que trascendieron el formato de conciertos para convertirse en un acto de regreso, identidad y propósito. Más que una serie de presentaciones, fue un retorno al lugar que marcó su vida para dejarse transformar una vez más.
"Residencia Guatemala no fue simplemente una serie de conciertos. Fue regresar al lugar que me cambió la vida para que me la volviera a cambiar nuevamente", señaló el artista tras el cierre.
La experiencia reunió a públicos locales e internacionales y sumó a Guatemala al mundo, integrando a artesanos, emprendedores y talento local como parte esencial del proyecto. Más allá del escenario, cada función se vivió como una jornada cultural completa. Desde horas antes, los alrededores del teatro se transformaron en un espacio de encuentro con artesanía local, gastronomía típica y diversas expresiones culturales, integrando al talento guatemalteco como parte esencial del proyecto y generando un impacto económico significativo para la ciudad.
Arjona se despide pleno y fortalecido de la tierra que lo vio nacer, listo para emprender el camino que lo llevará al mundo en 2026 con su próxima gira internacional, Lo que el Seco no dijo.
Como él mismo lo resumió en una frase que capturó la esencia de esta residencia: "Yo me llamo Ricardo y soy de aquí, de Guate."