
Santo Domingo, RD. (Autor: Nino Germán Brito). A lo largo de 2025, el suministro de electricidad a nivel nacional estuvo en crisis, debido a que los problemas del sector energético se profundizaron, causando millonarias pérdidas en la distribución, a pesar del aumento en la generación, principalmente de fuentes renovables.
Los apagones reaparecieron después de que Celso Marranzini, en un almuerzo con empresarios en la Cámara Americana de Comercio, advirtiera que tendríamos apagones por muchos meses, pero no nos imaginamos la magnitud. Apenas comenzó el año y ya el gobierno anunciaba una serie de cortes eléctricos programados o la arcaica medida de los temidos apagones para reducir las pérdidas de las Empresas Distribuidoras de Electricidad.
En Edeeste, las pérdidas alcanzaron el 54.5% durante 2024, en Edesur el 30% y en Edenorte el 26.5%. Mientras tanto, la desesperación invadía a la población, que reiteraba su malestar por un servicio deficiente y costoso.
Aunque las autoridades descontinuaron la medida, la inestabilidad persistió hasta que, el martes 11 de noviembre, un apagón histórico trastornó la cotidianidad y sumió al país en la oscuridad durante casi 14 horas.
El caos aumentó cuando fallaron los sistemas de respaldo del Metro, lo que obligó a paralizar el servicio masivo. Debido a este apagón, rodó la cabeza de Rafael Santos, director de la Opret.
Las autoridades del Ministerio de Energía y Minas atribuyeron el histórico apagón a un error humano y concluyeron que a la 1:23 de la tarde ocurrió un evento inicial asociado a trabajos para reparar un desprendimiento de un aislador que sostiene un cable de la línea de transmisión de 138,000 voltios (138 kV) que conecta la subestación de San Pedro de Macorís.
Según Joel Santos, de Energía Minas, esa situación "provocó una maniobra manual incorrecta", ya que el seccionador fue abierto con carga, lo que ocasionó un cortocircuito trifásico en la subestación.
En cuestión de segundos, indicó el funcionario, se generó un efecto en cascada que obligó a la desconexión de las centrales eléctricas, las cuales se iban apagando como medida de protección.
Los apagones continuaron causando dolores de cabeza, ya que, dos meses antes del apagón general, el domingo 21 de septiembre, el Aeropuerto Internacional de las Américas estuvo casi 9 horas a oscuras, aunque se informó que la avería fue interna. Este descuido le costó una multa de 5 millones de dólares, que hasta la fecha no se sabe si ha sido pagada.