El control de la voluntad

La voluntad es la capacidad que tienen los seres humanos de decidir y ordenar sus propias conductas, ante situaciones determinadas, de acuerdo a lo que le dicta su conciencia.

Voluntad es tener libre albedrío, hacer las cosas de manera independiente, sin ataduras, bajo su propio designio. Es una propiedad intrínseca de lo que piensa y lo que cree una persona.

Es la expresión consciente del ser, para hacer lo que quiere de acuerdo a lo que se propone, con sus propios pensamientos, sin la voluntad de otros.

Voluntad es autodeterminación, es la oportunidad de escoger entre lo bueno y lo malo, lo positivo y lo negativo, de acuerdo a su valoración, valiéndose de sus propias fuerzas.

Es la propiedad que tiene un ser de gobernarse así mismo. Es el poder de elegir de manera espontánea, lo que le conviene, sin ataduras ni compromisos de ninguna índole.

¿Pero, actúa el hombre siempre de acuerdo a su voluntad? Claro que no, porque en la voluntad median muchos procesos, con los cuales se puede influir. De ahí que se puede controlar la voluntad para dominar y gobernar al individuo.

La voluntad puede ser controlada por fuerzas externas, para que las personas actúen favoreciendo intereses foráneos. Son fuerzas alienantes que convierten a las personas en autómatas, sin determinación.

La voluntad se puede controlar manipulando la conciencia, falseando la realidad, haciendo promesas que nunca se van a cumplir. Con mentiras se engaña a la gente para lograr lo que se quiere.

Se puede controlar la voluntad por medio de las emociones, provocando sentimientos que nublan la razón, bloquear la conciencia para que la gente apoya cosas contrarias a sus intereses. Los sentimientos producen pasividad que permite controlar la voluntad.

En la Biblia está escrito, que el demonio controló la voluntad de Eva, para que violara lo que Dios había establecido, que era no comer fruta del árbol prohibido. Miles de años después, eso mismo trató de hacer con Jesús, con mentiras para aceptara propuesta, pero Jesús no lo permitió.

Haga usted, lo mismo que hizo Jesús, manténgase firme, proteja su voluntad, sea independiente de toda fuerza exterior que, quiera someterlo a hacer su voluntad.