Era Bonnie Barstow, la mecánica de KITT, el auto que manejaba un joven David Hasselhoff. Pero se enfrentó con los productores, que pretendieron sexualizar su personaje. Y una vez que acabó la serie, también acabaron con su carrera
En épocas en la cual el GPS solo se empleaba con fines bélicos, KITT ofrecía mucho más que una guía para su conductor. Equipada con una computadora central con Inteligencia Artificial, este Pontiac Firebird Trans-Am V8 negro con un halo de luz roja en el capot, hacía mucho más que hablar: podía interactuar con el bueno de Michael Knight, el héroe al mando, como si fuera una personal real. Lo alertaba de peligros, tenía la capacidad de conducirse de forma autónoma, luchaba contra los malhechores, entre muchas otras capacidades.
Juntos, KITT y Michael (un agente especial de la Fundación para la Ley y el Gobierno, cuya misión era criminales y velar por los inocentes), buscaban equilibrar la siempre dispar balanza de la justicia. Ellos eran los grandes protagonistas de El Auto Fantástico, la serie que se emitió entre 1982 y 1984, convirtiéndose en un suceso mundial. Y que lanzó a la fama a su protagonista: David Hasselhoff. Pero también estaba Patricia McPherson.
Su papel resultaría muy importante, y no solo en el argumento. Como mecánica de KITT, Bonnie Barstow rompería con estereotipos y prejuicios: El Auto Fantástico le entregaría a una mujer un rol que solo parecía destinado a un hombre. Solo Bonnie tenía la capacidad de reparar aquel bólido inteligente.
McPherson estuvo en todas las temporadas a excepción de la segunda, cuando fue relegada por creadores del proyecto. Sus reclamos fueron más allá de una mejoría en el contrato, también advirtió que no aceptaría que Bonnie fuera sexualizada. La actriz no declinó en su postura -no tenía por qué hacerlo-, y los productores buscaron reemplazarla con Rebecca Holden.
Sin embargo, los fanáticos de la serie hicieron saber su descontento. Los productores debieron volver sobre sus pasos, convocar nuevamente a McPherson, pagarle lo que correspondía y adecuar los libretos. Y de ese modo la actriz ganaría mucho más que la continuidad laboral. En la tercera temporada Barstow regresó al taller de KITT luego de una un viaje de estudios a otra ciudad, El Auto Fantástico volvió a brillar, y la carrera de Patricia obtuvo su despegue definitivo.
Hasta entonces, poco se sabía de esta actriz nacida el 27 de noviembre de 1954 Oak Harbor, Washington, Estados Unidos. Su primera incursión había sido en un cortometraje a fines de los 70, y un papel en la exitosa Dinastía, en 1981. En septiembre del año siguiente se sumaría a El Auto Fantástico, y en 1984 haría su primera película: Alarma: alto riesgo. El panorama era alentador, pero McPherson ya no regresaría a la pantalla grande. Y luego de la serie, alternaría sin mayor suerte en distintas producciones.
En 1986, ya con la conclusión de las aventuras de KITT y Michael Knight,debió buscar su propio rumbo. Estuvo en un episodio de MacGyver (otro suceso), otros dos en Matlock, y no mucho mas. Y entonces, decidió alejarse de los sets de filmación. En 1997 tuvo un cameo en la película Hombres de negro, con Tommy Lee Jones y Will Smith. De nuevo estaba en un éxito, pero otra vez con una participación menor. Simplemente, los productores dejaron de convocarla, como si hubieran querido cobrarle una vieja factura.
Lejos del cine y la televisión, McPherson desempolvó el diploma y se abocó a la Publicidad, desempeñándose en varias revistas. Además, siempre comprometida con el cuidado del medioambiente, se enfocó en la preservación de la vida silvestre y los humedales. Su trabajo fue tan destacable que su nombre está relacionado con la conservación de los humedales de Ballona, al sur de California. Una de las preocupaciones allí es el metano, y Patricia promueve demandas judiciales contra grandes empresas que no reparan en la ecología.
Si ya en el éxito Patricia buscó mantener al margen su vida privada, cuando las luces de los sets de filmación y de los flashes de los fotógrafos dejaron de alumbrarla, el misterio sería mayor. Se sabe que está casada con James Garret, un empresario que no pertenece a los medios. La actriz casi nunca habló de su marido, cuya identidad resulta casi desconocida: no existen fotos juntos. McPherson evitaba asistir a eventos públicos cuando era considerada por los productores. Y cuando dio el portazo, ya nadie esperaba su presencia.
Y es que Patricia McPherson encontraría su felicidad allí, en el anonimato. Quizás sabiendo que su misión ya estaba cumplida: los guionistas de una de las series más exitosas de los 80 pueden dar fe.