Servicios de lavado de dinero, hackeo biométrico en el metaverso y ataques a escala destructivos, se encuentran entre las formas más avanzadas de ciberdelitos que se practicarán en el 2023
Los cibercriminales han desarrollado diferentes técnicas acorde a sus objetivos. En los últimos años, los ciberdelitos se duplicaron y los vaticinios para el próximo año nos alertan sobre lo que se avecina.
Según las predicciones, para el 2023, el cibercrimen avanzado traerá una nueva ola de ataques a escala destructivos y empoderados por modelos de ciberdelito como servicio.
Se prevee que los ciberdelincuentes obtengan detectives en la “dark red” para obtener datos personales y de empresas y servicios de lavado de dinero. Además, hackeo biométrico en el metaverso y ataques a escala destructivos. Así lo anticiparon los expertos de FortiGuard Labs, departamento de inteligencia contra amenazas de Fortinet.
Para el próximo año, los especialistas en seguridad deberán mantenerse alerta ante un panorama de ciberamenazas. Estos ataques están creciendo y expandiéndose con la llegada de nuevos modelos de organización. Estas amenazas incluyen desde cibercrimen como servicio (CaaS), prevalencia de Ransomware y enfoque a objetivos no tradicionales como mundos online, hasta metaverso o dispositivos de borde.
“Al tiempo que el cibercrimen converge con métodos avanzados de amenazas persistentes, los criminales están encontrando formas de convertir las nuevas tecnologías en armas que sean aún más disruptivas y destructivas”, aseguró Derek Manky, estratega de seguridad en jefe y VP Global de Inteligencia de Amenazas de FortiGuard Labs.
Para Manky, no solo están enfocándose en superficies de ataque tradicionales, si no que también han empezado a buscar debajo de ellas. Por otro lado, están invirtiendo más tiempo en reconocimiento para intentar evadir sistemas de detección, inteligencia y controles.
“La llegada del metaverso y las ciudades virtuales es un vector más a la superficie de ataque. El hackeo biométrico puede también convertirse en una posibilidad real gracias a los componentes de las ciudades virtuales que funcionan a base de realidad aumentada (AR) y realidad virtual (VR). Estos componentes hacen que sea más fácil que los criminales roben huellas digitales, datos de reconocimiento facial o escaneo de retina, para usarlos con propósitos maliciosos”, advierte el experto.