Santo Domingo, RD. – Con una fina gentileza y habilidad política de la que hacía gala, el presidente Joaquín Balaguer declinó una propuesta del gobernante norteamericano Ronald Reagan para que acogiera como refugiado al depuesto jefe del gobierno panameño general Manuel Antonio Noriega.
El fenecido presidente norteamericano (1981-1989) acogió con finos detalles en la Casa Blanca, en una misma década, a dos mandatarios dominicanos en visitas oficial y de Estado.
El primero de ellos fue Joaquín Balaguer en marzo del año 1988, a quien dispensó un trato especial y trascendental por los finos detalles con que lo recibió y atendió.
Fue tanto así, que Reagan dispuso que su avión presidencial, el “Air Force One” esperara a Balaguer en el aeropuerto internacional de Miami para trasladarlo luego en helicóptero desde la base aérea Andrews, en Washington, dadas las limitaciones físicas del veterano político dominicano.
Desde esa base, Balaguer fue trasladado hasta la sede de la embajada dominicana en la capital norteamericana, ubicada en una propiedad del Estado dominicano.
Trato
Las finas atenciones de Reagan hacia el presidente Balaguer llamaron la atención de todos los miembros de la comisión y de los periodistas extranjeros y dominicanos que cubrieron esa visita de Estado.
Al día siguiente, 26 de marzo, se celebró la ceremonia de recibimiento en los jardines de la Casa Blanca, donde ambos mandatarios intercambiaron los respectivos discursos protocolares.
En la reunión de trabajo en la Casa Blanca, Reagan planteó su interés de que el gobierno dominicano acogiera como refugiado al depuesto jefe del gobierno panameño general Manuel Antonio Noriega.
Ante esa solicitud, Balaguer sonrió levemente, y se levantó de su asiento y minutos después pidió permiso para ir al baño.
Aunque Balaguer, con experiencia diplomática, dominaba los idiomas inglés y francés, siempre que hacía algún comentario, era en español.
Y en respuesta al pedido de Reagan, respondió que entendía que la presencia de Noriega fuera de Panamá debería ser en un país más alejado de lo que estaba República Dominicana y los propios Estados Unidos.
Su reacción sorprendió a todos los que estaban en la reunión, incluyendo a sus propios acompañantes, quienes sonrieron y no pudieron esconder su asombro.
De inmediato, Balaguer retomó el tema principal de su visita, la cuota azucarera, a lo que Reagan le contesto que gestionaría una mejor cuota preferencial ante el Congreso de los Estados Unidos.
Apenas unas 48 horas antes del viaje Balaguer escogió al selecto grupo de sus acompañantes, quienes se enteraron estando laborando en sus respectivos despachos dentro y fuera del Palacio Nacional.
Su asistente, Aníbal Páez, fue quien solicitó los pasaportes a los señalados para acompañar a Balaguer en su viaje de tres días a Washington.
Ellos fueron los entonces de Relaciones Exteriores, Donald Reid Cabral y Técnico de la Presidencia, Guillermo Caram; el gobernador del Banco Central, Roberto Saladín, y el asesor económico del Poder Ejecutivo, Juan José Arteaga.
A la delegación fueron incorporados algunos empresarios, encabezados por los hermanos Fanjul debido al interés que en ese momento había con el tema de la cuota de exportación del producto hacia el mercado norteamericano.
A todos se integró en Washington el embajador dominicano ante la Casa Blanca, Eduardo León Asensio. También estuvieron Páez y el mayor general Luis María Pérez Bello, jefe del Cuerpo de Ayudantes Militares.
Trato especial a Jorge Blanco
También al ex presidente Salvador Jorge Blanco (1982-1986), Reagan le ofreció una fina acogida. Desde su llegada a la base militar de Columbia le fue asignado un avión de la Fuerza Aérea norteamericana para su movimiento por territorio estadounidense (Washington, Chicago, Nueva York, Ney Jersey y Carolina del Sur).
“Presidente y Señora (Asela Mera) de Jorge Blanco, es verdaderamente un honor para mí darle la bienvenida a Ustedd., el primer presidente de su país en hacer una visita de Estado a los Estados Unidos”, así inició el presidente Ronald Reagan su discurso de bienvenida al mandatario dominicano en una vistosa ceremonia militar en la explanada frontal de la Casa Blanca, el martes 10 de abril de 1984.
Ese día, por primera vez, la bandera dominicana ondeó junto con la americana en cientos de astas en la Casa Blanca, sus jardines y sus verjas, así como en las principales oficinas públicas de Washington.
Desde entonces todos los presidentes dominicanos que sucedieron a Jorge Blanco, Joaquín Balaguer, Leonel Fernández e Hipólito Mejía, han visitado la Casa Blanca, en lo que protocolarmente se llama visitas oficiales.
Un año después, Jorge Blanco volvió a Estados Unidos y se encontró con el presidente Reagan en Carolina del Sur. Ambos mandatarios tuvieron otros encuentros informales fuera de sus respectivos países. En una ocasión en Trinidad y Tobago, en una cumbre presidencial con la Cuenca del Caribe. En un aparte, Jorge Blanco le presentó a Reagan a su hijo adolescente, Orlando Jorge Mera.