Por Almudena Casado
Santo Domingo, EFE.- La próxima Cumbre Iberoamericana tendrá, entre sus principales objetivos, buscar un mayor acercamiento de Latinoamérica y los socios europeos, en especial en el contexto de la presidencia española de la UE en el segundo semestre del año, según el ministro dominicano de Exteriores, Roberto Álvarez.
“Uno de los aspectos importantes que esperamos que salga de esta cumbre es un deseo de una colaboración mucho más estrecha entre Latinoamérica e Iberoamérica (…), como un paso de la presidencia española de la UE” hacia ese mayor acercamiento, dijo Álvarez en una entrevista a EFE con motivo de la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica que se celebrará la próxima semana en Santo Domingo.
Por ello, se espera que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, hable en este encuentro de “la visión que él tiene y de cómo nosotros, desde Latinoamérica, podemos colaborar” con la presidencia comunitaria española, agregó el canciller, quien destacó que ya supone “un paso en esa dirección” la cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) de julio.
La Cumbre Iberoamericana de Santo Domingo es especial en muchos aspectos y, de hecho, es la primera que se celebra presencialmente desde 2019 a causa de la pandemia.
Hay “gran entusiasmo” y estarán representados a alto nivel los veintidós países que conforman la comunidad iberoamericana, según Álvarez.
Entre los asistentes habrá unos quince jefes de Estado y Gobierno, “un núcleo nutrido”, aunque el ministro no quiso adelantar la lista de participantes.
En estos días de reuniones se abordarán cuatro documentos fundamentales: Carta Medioambiental, Carta de Principios y Derechos Digitales, Seguridad Alimentaria (hay una hoja de ruta de cómo lograr una “sostenibilidad alimentaria inclusiva justa”, avanzó) y Arquitectura Financiera.
Anunció que forma parte de la Declaración de Santo Domingo un plan cuatrianual de cooperación 2023-2026 entre los países iberoamericanos y organismos e instancias internacionales, como la UE.
La equidad sobrevuela en todo lo que rodea a esta XXVIII Cumbre, incluso su propio lema, “Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible”, que, consideró Álvarez, “nos parece muy apropiado para estos momentos”, una idea alrededor de la cual “se ha ido construyendo la agenda de esta conferencia”.
Aunque no forme directamente parte del orden del día, sí planeará en la cita la guerra de Ucrania y sus repercusiones a nivel mundial, y también un tema esencial para República Dominicana, la crisis del vecino Haití, en el que Santo Domingo insistirá en la necesidad de asistir a su Policía Nacional para resolver una violencia que imposibilita cualquier paso adelante.
Al margen, en esta cumbre habrá otros aspectos “importantísimos”, como las muchas reuniones bilaterales que se mantendrán y unos encuentros personales inesperados en los que “se forjan unos lazos presenciales que son esenciales para las relaciones entre los Estados”.
Junto a todo ello, el Encuentro Empresarial Iberoamericano el 23 y el 24 de marzo con la asistencia de entre 1.000 y 1.500 personas y con la presencia de jefes de Estado, incluido el rey de España, en el que el mundo de la empresa entregará a los mandatarios sus conclusiones.
El ministro dominicano se refirió al “gran deseo” de que esta cumbre sirva de “puente importante” para estrechar relaciones, pues “el diálogo es fundamental para poder enfrentar de manera colectiva” los graves problemas que hay a nivel internacional.
“Sobre todo en países de los tamaños nuestros, el regionalismo se convierte aún en más importante, más esencial para la construcción de ese mundo más justo, inclusivo, en todos los sentidos”: género, poblaciones vulnerables, resolución de problemas como crimen organizado, trata, tráfico de armamento, cambio climático…, añadió.
República Dominicana ha afrontado el desafío de organizar esta cumbre con “la altura que ameritaba este proyecto”, lo que ha sido posible gracias a “una labor ardua” en la que han participado equipos coordinadores de todos los países con una “muy buena sinergia” para lograr un documento, aún por concluir.
“Hemos hecho un esfuerzo honesto, serio, creemos que válido y que logrará avanzar la agenda iberoamericana (…) Esperamos que de esta cumbre no salga necesariamente un liderazgo, pero sí ideas más claras de hacia dónde marchamos”, resaltó Álvarez.
A su juicio, “tenemos grandes desafíos en cuanto a democracia, respeto de derechos humanos, hay grandes divergencias en los enfoques, pero necesitamos perseverar en tratar de encontrar caminos en los que se permita eliminar esas diferencias, de forma tal que podamos crear un clima mucho más sostenible para los derechos fundamentales”.
Y concluye: “En realidad, para mí la última utopía son los derechos humanos”.