PUERTO PRINCIPE, HAITI.- Después de más de dos meses de relativa calma, el miedo se ha apoderado de las calles donde se observa un rebrote de casos de secuestros entre finales de junio y principios de este mes de julio.
En la noche del jueves 6 de julio, al menos 3 personas fueron secuestradas en Delmas 48. Entre las víctimas se encontraba un médico.
También se supo que otra víctima fue secuestrada en Delmas 75 el 2 de julio y
A finales de junio pasado, cerca de una decena de personas fueron secuestradas en la capital de Haití solo la víspera, la mayoría en las cercanías de instituciones docentes que celebraban actos de graduación.
Individuos armados raptaron a dos ciudadanos en la avenida Christophe, en el centro de Puerto Príncipe, mientras se dirigían en un vehículo hacia una iglesia, de acuerdo con testigos.
En la misma calle también detuvieron a la fuerza a dos estudiantes de la Universidad Tecnológica de Haití (Unitech) e igual cifra fue retenida por los perpetradores en las cercanías de esa casa de altos estudios.
Según la plataforma Rezo Nowdes, un agente de seguridad de Unitech intentó en vano detener la acción de los secuestradores y recibió varios impactos de bala, por que fue trasladado a un hospital donde continúa en estado crítico.
El rector de la universidad, Josselin Val, desmintió que los perpetradores invadieran los predios de la institución para cometer los actos, aunque admitió que estudiantes e incluso miembros del personal podrían figuran entre las víctimas.
Mientras la situación de inseguridad se deteriora en Haití los casos de secuestros se dispararon con más de 277 reportados de enero a mediados de este mes, de acuerdo con el más reciente balance de Naciones Unidas.
Además, al menos 530 personas fueron asesinadas y más de 160 mil forzadas a abandonar sua residencias ante el aumento de los conflictos armados de las pandillas por el control territorial.
El país caribeño sufre un auge de la violencia que se agravó tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse, en julio de 2021, y mientras las bandas amplían sus áreas de influencia en particular en esta capital.
Las fuerzas nacionales de seguridad admitieron en varias ocasiones no contar con los recursos y la capacitación para hacer frente a ese flagelo, mientras la comunidad internacional promete asistencia, pero sin resultados concretos.