Puerto Rico — Un punto muerto entre una poderosa asociación de pandillas y el gobierno de Haití está poniendo a prueba el poder de ambas partes y amenaza con descarrilar aún más un país paralizado donde millones de personas luchan para conseguir combustible y agua.
Un expolicía que encabeza una alianza de pandillas conocida como “G9 y Familia” ha propuesto su propio plan para el futuro de Haití incluso aspirando a escaños en el Parlamento, al tiempo que demanda que el gobierno del primer ministro Ariel Henry otorgue amnistía y anule órdenes de arresto contra los miembros del grupo, una demanda que hasta ahora no ha tenido respuesta.
A mediados de septiembre, una pandilla rodeó una importante terminal de combustible para demandar la renuncia de Henry y protestar por el alza en los precios del energético luego de que el primer ministro anunció que su gobierno no podía subsidiar más los hidrocarburos.
Jimmy Chérizier, mejor conocido como "Barbecue", también pidió a los haitianos movilizarse contra el gobierno.
El primer ministro Ariel Henry, que ha encabezado a Haití desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, ha pedido el despliegue de una fuerza armada extranjera desde octubre para ayudar a combatir a las poderosas pandillas, que se estima controlan el 80 % de la capital Puerto Príncipe.
A finales de julio, la nación africana de Kenia ofreció encabezar una fuerza multinacional, y Estados Unidos dijo hace unas semanas que presentaría una resolución ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para autorizar una misión multinacional no vinculada a la ONU.