Cien millones de dólares prometió el gobierno de Biden, el viernes 22 de septiembre, para apoyar una fuerza multinacional liderada por Kenia con la finalidad de recuperar la seguridad en Haití, devastada por el conflicto, e instó a otras naciones a hacer contribuciones similares.
WASHINGTON.- El Secretario de Estado, Antony Blinken, anunció que EE.UU. proporcionaría apoyo logístico, incluyendo inteligencia, transporte aéreo, comunicaciones y medicina a la misión, que aún debe ser aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Además de Kenia, que encabezaría la operación, Jamaica, Bahamas y Antigua y Barbuda se han comprometido a desplegar personal.
Blinken instó a la comunidad internacional a comprometerse a aportar más personal, así como equipos, logística, formación y financiación para que la operación tenga éxito.
"El pueblo de Haití no puede esperar mucho más", dijo a sus colegas ministros de Asuntos Exteriores de más de 20 países, que han expresado su apoyo a la misión.
El Primer Ministro haitiano, Ariel Henry, hizo eco de la urgencia de Blinken, al afirmar ante la Asamblea General de la ONU que se necesita personal policial y militar, y que el uso de la fuerza "sigue siendo esencial para crear un entorno en el que el Estado pueda volver a funcionar."
Señaló que los delitos cometidos por las bandas incluyen "secuestros, saqueos, incendios, las recientes masacres, violencia sexual y sexista, tráfico de órganos, trata de personas, homicidios, ejecuciones extrajudiciales, reclutamiento de niños soldados (y) el bloqueo de carreteras principales".
La democracia está en peligro. Nuestro país necesita volver a la normalidad, afirmó Henry.
Blinken afirmó que es imperativo que el Consejo de Seguridad autorice la misión en Haití lo antes posible para que la fuerza opere en los próximos meses. Sin embargo, subrayó que la ayuda internacional sólo podía ser una parte de la recuperación de Haití tras años de corrupción, anarquía, violencia de bandas y caos político.
"La mejora de la seguridad debe ir acompañada de avances reales en la resolución de la crisis política", afirmó. "La misión de apoyo no será un sustituto del progreso político".
En su discurso, el primer ministro de Haití se comprometió a celebrar elecciones "tan pronto como sea prácticamente posible". Dijo que, en los próximos días, daría los pasos necesarios para el consenso electoral con el apoyo de la comunidad internacional y seguiría hablando con todos los actores políticos y líderes de la sociedad civil.
Blinken también organizó el viernes una reunión a puerta cerrada para hablar sobre Haití, las necesidades de la misión keniana propuesta y el resultado de un viaje a Haití que altos funcionarios kenianos realizaron en agosto.
Más de 30 países asistieron a la reunión, y al menos 11 de ellos asumieron compromisos concretos de apoyo, según un alto funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato.
No estaba claro qué tipo de apoyo se prometió, y el funcionario no hizo comentarios sobre la posición de China y Rusia respecto a una posible resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que autorizara la misión keniana.
El miércoles, el presidente de Kenia, William Ruto, dijo que su país se comprometía a liderar una fuerza multinacional en Haití para sofocar la violencia de las bandas, al tiempo que establecía lazos diplomáticos con el país caribeño.
Estados Unidos dijo que presentaría una resolución de la ONU autorizando dicha misión, pero no se ha fijado un calendario, ya que los líderes internacionales y los funcionarios de la ONU instan a una acción inmediata, señalando que el primer ministro haitiano, Ariel Henry, hizo la petición de un despliegue inmediato de una fuerza armada extranjera en octubre.
"La seguridad y el futuro del pueblo haitiano y de toda la región dependen de la urgencia de nuestra actuación", declaró Blinken.
La oferta de Kenia de liderar una fuerza multinacional ha sido recibida con cierto escepticismo tanto por los haitianos como por los kenianos. La violencia de las bandas se ha disparado en la capital haitiana de Puerto Príncipe y sus alrededores en los últimos meses, con 1.860 personas muertas, heridas o secuestradas entre abril y junio, un aumento del 14% en comparación con los tres primeros meses del año, según las últimas estadísticas de la ONU.
Las bandas han desbordado a la Policía Nacional de Haití, que carece de recursos y personal suficientes, con unos 10.000 agentes en activo para un país de más de 11 millones de habitantes.
Se calcula que las bandas controlan actualmente hasta el 80% de Puerto Príncipe y han aumentado su poder desde el asesinato del Presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.Casi 200.000 haitianos se han visto obligados a huir de sus hogares mientras las bandas saquean comunidades y violan y matan a personas que viven en zonas controladas por bandas rivales, lo que supone multiplicar por diez el número de víctimas en los últimos dos años, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
Más de 20.000 haitianos desplazados viven en refugios ruinosos y antihigiénicos, donde las bandas se aprovechan de los niños pequeños e intentan reclutarlos.
Henry señaló que la extrema pobreza del país, donde cerca del 60% de la población gana menos de 2 dólares al día, está impulsando a la gente a unirse a las bandas.
"Es tierra fértil para el reclutamiento", afirmó.
Las bandas también se han hecho con el control de carreteras claves, que conducen a las regiones del norte y el sur de Haití, interrumpiendo la distribución de alimentos, ya que este año Haití se ha unido a Somalia y otros países que ya se enfrentan o se prevé que se enfrenten a la hambruna.
Según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, más de 4 millones de personas sufren hambre aguda, y 1,4 millones se encuentran en situación de emergencia.
"Pido apoyo", dijo Henry, "para que podamos pasar página a esta época oscura de nuestra historia".