Obispo de Santiago advierte “iglesia no debe callar” frente a los reclamos de la ciudadanía

SANTO DOMINGO, RDS.- El presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano y designado arzobispo de la arquidiócesis de Santiago, monseñor Héctor Rafael Rodríguez, consideró que la iglesia no debe callar ante las políticas ejecutadas desde el Estado que afecten a la población.

Monseñor Rodríguez, quien antes de ser designando en la arquidiócesis de Santiago se desempeña como obispo de La Vega, dijo que la iglesia católica no interviene en la política partidaria, pero que tampoco guarda silencio ante las decisiones gubernamentales que afecten a la población.

Expresó que es por eso que los temas de políticas públicas son abordados por la carta pastoral que emiten los obispos del país.

Aclaró que la jerarquía de la iglesia católica solo hace críticas razonables y constructivas a los gobiernos, con el objetivo de enderezar los caminos torcidos y ayudar a conducir por buen camino los destinos del país ayudando a encausar con eficacia los proyectos sociales que ponen en marcha los gobiernos de turno.

Con relación al papel y uso de las tecnologías de la sociedad, el prelado católico precisó que la familia debe ser evangelizada en bases al uso adecuado de esas herramientas modernas que han llegado al mundo para quedarse en el seno o de la sociedad, las cuales cuando son mal utilizadas constituyen un peligro social.

Tras indicar que las tecnologías son un paso de avance en el progreso del mundo, advirtió que también constituyen un desafío para a la iglesia y la sociedad por el problema que encierra para la familia cuando no son utilizadas de manera adecuada, por lo que padres y madres deben ser evangelizados en torno al uso e importancia de las mismas.

Reflexionó que la Pastoral Familiar debe convertirse en una prioridad en la Iglesia católica por su función en la integración de la sociedad desde el hogar y que por eso gobernará la arquidiócesis de Santiago, tomando en cuenta las opiniones de los laicos, a los sacerdotes y a las autoridades eclesiásticas