En general, de los países de Latinoamérica y el Caribe, solo Panamá, Chile y Haití tienen proyectos en ejecución con la unión europea en este sector
Luego de que un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, diera el anuncio de que no solo la región se está desacelerando, sino que los países de la Alianza del Pacífico, en donde se encuentra Colombia, son los de peor ritmo de crecimiento.
Uno de los factores que explican los economistas es que es una de la región con menor porcentaje de inversión es América Latina, con 20%. “Se necesita más y mejor inversión para impulsar el crecimiento potencial”, describen.
La Unión Europea, quien además de ser el tercer socio comercial de la región y el principal contribuyente al desarrollo y cooperación, también es uno de los principales inversores en América Latina. Esta misma tiene un agenda de proyectos en donde las estrategias económicas de los países se concentran en clima y energía, y, de lo contrario, dejan por fuera a la educación y a la inversión.
En general, de los países de Latinoamérica, solo Panamá, Chile y Haití tienen proyectos en este sector. Los demás, como Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Colombia, y Costa Rica, por ejemplo, concentran los proyectos de ejecución en el sector de sostenibilidad y energía. La salud es otro de los sectores que abandona Colombia mediante la agenda global de la Unión Europea, ya que no tiene ninguno en ejecución. El informe reitera que la cooperación internacional, como la europea, impulsa a atraer inversiones privadas para el financiamiento del desarrollo y la innovación.
Según la Cepal, Las asociaciones desempeñan un papel crucial no sólo a la hora de movilizar mayores recursos sino también a la hora de garantizar que las inversiones produzcan un mayor impacto socioeconómico. Proponen, para esto, herramientas como estándares internacionales, marcos y tratados de inversión, o creación de capacidades y transferencias de tecnología, que mejoran la igualdad de condiciones.
Se pueden fomentar la alineación y la colaboración entre actores relacionados con la inversión, como los bancos multilaterales de desarrollo, BMD, y las IFD, agencias de crédito a la exportación, ACE, agencias de promoción de inversiones, IPA, y el sector privado para mejorar la coordinación y la eficacia a través de plataformas específicas.
La profundización de la integración regional en la región puede ser una fuente de movilización de mejores y más inversiones más fuertes, según explican. En esta materia, América Latina ha avanzando genuinamente. “La región ha reducido significativamente las barreras arancelarias, lo que dificulta el ingreso al mercado regional. Un mercado más atractivo para la IED. A partir de 2019, el arancel promedio impuesto al comercio dentro de la región era apenas el 2%”, explican en el informe.
La adopción de un marco normativo de transparencia, como el “acceso a la información” actos y ejercicios regulares de rendición de cuentas, pueden servir como señal positiva para posibles inversores del sector privado, según explica la Ocde.
“Los gobiernos podrían fortalecer la confianza entre las partes interesadas fomentando la transparencia fiscal, el acceso a información sobre cómo se asignan proyectos e inversiones, y se revelan los activos”, describen en el documento.
Un informe del Consejo Empresarial de la Alianza Iberoamericana aseguró que 20% de las empresas iberoamericanas tiene certeza sobre el inicio de actividad en América Latina y otro 20% prevé aumentar su presencia en la región.
“América Latina vive un momento de especial relevancia, y que Europa cada vez la considera con mayor peso en temas como medio ambiente, seguridad, y empresas, estas últimas, fundamentales para el crecimiento económico”, dice Andrés Allamand, secretario general iberoamericano.
El documento identifica la enorme importancia de los acuerdos comerciales y de inversión, así como el interés de las empresas en exportar, importar e invertir en ambas regiones. Además, se mencionan obstáculos y riesgos como la falta de mano de obra cualificada, la inseguridad, la inestabilidad jurídica y la corrupción.
Pero también se resalta la percepción positiva de todas las oportunidades comerciales y de inversión existentes en ambas regiones, según asegura el Consejo Empresarial. Fuente Diario La Republica de Colombia