Santo Domingo, RD.- La ausencia de corrupción es un componente fundamental para el sano funcionamiento de las instituciones, el respeto de las normas, y el desarrollo de un país. La corrupción daña la confianza de los ciudadanos en el gobierno, las instituciones públicas y el resto de los miembros de la vida pública. La participación de los ciudadanos en la política disminuye, el malestar social aumenta y el Estado de derecho se deteriora cuando estos creen que los funcionarios públicos son corruptos.
Por lo anterior, es relevante saber la situación de los países en este aspecto y en particular República Dominicana, para ello utilizamos el informe sobre la corrupción en el Caribe del World Justice Project, publicado por primera vez en abril del 2023; en consecuencia, no existen versiones anteriores por lo que no hay una base de comparación. Dicho informe está basado en la encuesta General Population Poll realizada en el 2022. Con este reporte podemos tener una visión sobre cómo los ciudadanos perciben y experimentan la corrupción en 14 países del Caribe.
Uno de los puntos analizados en el informe es la aceptación de la sociedad frente a la corrupción. De las siete prácticas tomadas en cuenta por el reporte, República Dominicana se encuentra por encima del promedio de la región en cada una de ellas. Esto indica que, en promedio, la tolerancia hacia diversas prácticas corruptas de la sociedad dominicana es mayor que en el resto de los países de la región.
Los ciudadanos de Surinam, San Vicente y las Granadinas, y Barbados son los que mostraron tener menor tolerancia hacia las prácticas corruptas mostradas en el gráfico. En cambio, los ciudadanos de Haití, República Dominicana y Guyana son los que mostraron mayor tolerancia frente a este comportamiento.
El siguiente punto incluido en el informe aborda la percepción de los ciudadanos del Caribe sobre qué tan corruptos son distintos participantes de la vida pública. En República Dominicana la percepción menos favorable la tienen los partidos políticos, seguidos por los miembros del Congreso Nacional y los oficiales de policía. Por otro lado, la apreciación menos desfavorable la tienen los medios de comunicación, los doctores y enfermeras de hospitales públicos, y los maestros de escuelas públicas. En términos generales, República Dominicana tiene un promedio mayor que la región en nueve de las diecisiete categorías de actores de la vida pública incluidos en la encuesta. Sin embargo, la diferencia entre la percepción de los dominicanos y los ciudadanos de los demás países del Caribe no es muy significativa.
El tercer punto recoge datos del porcentaje de personas que en los últimos doce meses tuvieron que dar algún tipo de soborno a un funcionario público; estos sobornos incluyen regalos o dinero extra, incluso a través de un intermediario.
En esta categoría, los porcentajes más elevados en República Dominicana los tienen los oficiales de policía, los funcionarios de aduanas y los empleados de empresas de servicios públicos. Es de notar que, de los doce funcionarios públicos analizados, once tienen un promedio más alto en República Dominicana que en la región, lo que la coloca como el país en donde sus ciudadanos más tuvieron que recurrir al uso de sobornos. En un segundo lugar se encuentra Haití seguido de Guyana.
Los países en los cuales los ciudadanos hicieron menos uso de sobornos fueron Barbados, Dominica, Granada y San Vicente y las Granadinas.
Si vemos el gráfico de la aceptación social de prácticas corruptas, el porcentaje de República Dominicana en todas las prácticas es mayor que el promedio de la región, llegando incluso al doble o más.
Es de notar que los ciudadanos de los países del Caribe, incluyendo los dominicanos, perciben una alta corrupción de los distintos participantes de la vida pública. En este sentido, la peor apreciación entre los ciudadanos encuestados la tienen los partidos políticos, los miembros de los congresos o parlamentos y los oficiales de policía.
A pesar de que la percepción que hay entre los dominicanos sobre qué tan corruptos son los participantes de la vida pública es similar al resto de la región, existen diferencias significativas con respecto al otorgamiento de sobornos a funcionarios públicos.
En cuanto al empleo de sobornos los ciudadanos dominicanos afirmaron hacer uso de más del triple en sobornos que sus pares de la región, por ejemplo, en el caso de los oficiales de policía y los empleados de empresas de servicios públicos. Los demás funcionarios públicos, exceptuando a los funcionarios de la administración tributaria, también mostraron niveles superiores al resto del Caribe.
Estos resultados son preocupantes, ya que la corrupción es un obstáculo para el crecimiento económico. Al distorsionar las decisiones de los individuos, la corrupción conduce a una asignación ineficiente de los recursos. Esto significa que los recursos no se utilizan de la manera más productiva posible, lo que reduce el potencial de crecimiento. Además, la corrupción aumenta los costos de vivir y hacer negocios.
En general, la corrupción crea un clima de incertidumbre y desconfianza que dificulta el desarrollo del país. Para abordar este problema, hay que continuar los avances para que la corrupción no permanezca impune. Es necesario que se tomen medidas para aumentar la transparencia, la rendición de cuentas, y fortalecer las instituciones encargadas de combatir la corrupción.
Es importante que la sociedad dominicana se siga involucrando en la lucha contra la corrupción. Los ciudadanos pueden denunciar casos de corrupción, exigir transparencia y rendición de cuentas a sus representantes. Además, las autoridades deben continuar demostrando la intención de combatir la corrupción y de llegar a acciones concretas para condenar la impunidad. Fuente CREES