La comunidad católica dominicana promueve cadena de oración por la salud del cardenal López Rodríguez

SANTO DOMINGO, RD.- En un giro inesperado de los acontecimientos, el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez se encuentra en una encrucijada médica que mantiene a toda la comunidad en vilo.

Tras sufrir una dolorosa caída que resultó en una fractura de cadera, el líder espiritual se debate entre la posibilidad de someterse a una intervención quirúrgica y la resiliencia que ha demostrado en numerosas ocasiones a lo largo de su vida.

En estos momentos, el Centro de Diagnóstico Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat) alberga al Cardenal, donde recibe tratamiento para controlar el dolor y se encuentra en un estado estable, según ha confirmado el Dr. Jorge Marte Báez, director médico de Cedimat.

Sin embargo, la decisión crucial sobre la cirugía reposa en los hombros del equipo médico, quienes evaluarán meticulosamente los riesgos y beneficios para el ilustre paciente.

Esta semana, en una reunión decisiva, los médicos determinarán si la cirugía, inicialmente programada para el viernes, es la mejor opción para el Cardenal López Rodríguez. Una cirugía que se suma a las intervenciones quirúrgicas anteriores que ha enfrentado el prelado, marcando así otro capítulo en su historia de lucha y fe.

El Obispo de la Diócesis Nuestra Señora de La Altagracia, Jesús Castro Marte, ha convocado a la comunidad a unirse en oración por la pronta y satisfactoria recuperación del Cardenal. “Unidos al Cardenal López Rodríguez en este momento.

Nos unimos todos en la plegaria por su pronta y satisfactoria recuperación. Dios y María Santísima sostengan a este servidor fiel de la Casa del Señor”, expresó Castro Marte en su cuenta de X.

Este episodio se suma a los desafíos de salud que ha enfrentado el Cardenal a lo largo de los años, recordando sus intervenciones quirúrgicas anteriores en 2007 y 2016.

La comunidad espera con esperanza y fe la decisión que tomarán los médicos mañana, mientras el Cardenal López Rodríguez, retirado de las actividades eclesiásticas, enfrenta una vez más la adversidad con su inquebrantable resiliencia.