El debut en su nueva casa en el Bronx de Juan Soto, hubo frío, temblor de tierra, filas interminables, muchas camisetas en el público con el número 22 y banderas dominicanas.
“Realmente genial, realmente agradable, muy emocionante ver a todos esos fanáticos animando y viniendo a ver el juego. Fue muy bueno. Cuando se ponen en marcha, realmente pueden ayudar al equipo a ponerse en marcha” reseñó Soto.
La multitud no fue suficiente esta vez, pero habrá otras ocasiones. Habrá otros juegos. El Yankee Stadium vuelve a sentirse como la catedral del béisbol.
Hubo de todo, “Señores hubo de todo”, hubo ron, hubo cervezas, hotdogs, emoción en el Día Inaugural del Estadio Yankees, pero no hubo bateo.
Con un ambiente que estuvo tan cargado de energías que provocó un terremoto de magnitud 4,8 se registró en la mañana del viernes durante las prácticas de bateo.
“Es difícil”, dijo Soto. “La frustración sale a la luz. Quieres hacer algo para que el equipo funcione, y tuve la oportunidad de hacerlo y no lo logré”.
Las “Creaturas del Bleachers” lo recibieron a todo pulmón y el dominicano con reverencia, quitándose la gorra y brazos al aire, les respondió sus cánticos que coreaban su nombre.
“Hay una primera vez para todo”, indicó Soto después de una derrota por 3-0 ante Toronto. “Quería darles las gracias primero”.
“Obviamente, con la población dominicana en El Bronx y Nueva York, se siente como una unión hecha en el cielo”, respondió Aaron Boone.
El jugador de 25 años dijo que no le molestaban los nervios antes del partido, lo que le ha molestado es irse en blanco en cuatro turnos con un par de ponches.
Luego de terminar con el tercer out de la octava entrada, un frustrado Soto golpeó su casco y arrojó su bate con ira.