Santo Domingo,RD.- La derrota aplastante que sufrió el partido de la Liberación Dominicana(PLD) en las pasadas elecciones del 19 de mayo plantea una serie de desafíos para esa organización política, de tal forma que pueda complacer el “deseo de sangre” de una parte de su dirigencia, y al mismo tiempo renovarse y relanzarse sin aplicar “tierra arrasada” contra sus figuras históricas.
Como es tradicional, la orfandad de la derrota siempre sale a perseguir culpables, y el PLD no escapa de esa situación, dirigentes altos y medios de esa organización señalan a la cúpula como los causantes de las 3 derrotas que han sufrido desde 2020 a la fecha.
La presión interna ha logrado que el Comité Político haya decidido adelantar su décimo congreso ordinario, que debió ser celebrado el próximo año, pero se ha decidido dejarlo abierto el próximo 30 de junio, día del cumpleaños del profesor Juan Bosch.
Pero también, fruto de la situación tensa que vive ese partido, el presidente de la organización, Danilo Medina, y el secretario general, Charlie Mariotti, han decidido echarse a un lado y no aspirar a los cargos que ostentan, como una forma de facilitar la reclamada renovación.
Aunque en el pasado congreso electivo el PLD experimento aires de renovación, ya que ingresaron a su Comité Político unos 20 nuevos miembros, casi todos jóvenes, y a su Comité Central más de 200 dirigentes, y de todas formas sufrió tres derrotas consecutivas, no parece que cambiar de rostros será suficiente para que esa organización pueda competir en condiciones de ganar en las elecciones de 2028.
Desde finales de 2020 y hasta el 2022 los peledeistas se dedicaron a reestructurar su partido, reorganizando sus organismos de base en todo el país y escogiendo nuevas direcciones medias, de Circunscripción, municipales y provinciales, donde surgieron miles de nuevos dirigentes, pero esto no fue suficiente para lograr un buen desempeño en las elecciones de febrero y mayo.
Lo anterior indica, que renovar sus estructuras internas no es por si solo garantía para que el PLD pueda tener un buen desempeño electoral en el futuro inmediato.
Des pues de 16 años corrido de Gobierno, y habiendo realizado gestiones más o menos aceptables, parece que el mayor reto del PLD es lograr hacer conexión de nuevo con los votantes, y es claro que eso no se logra con una simple renovación.
Una de las criticas más socorridas dentro del PLD, es que la organización se pasó 4 años sin hacer una oposición significativa al Gobierno del presidente Luis Abinader, y se cree que esto provocó que la masa abstencionista en los dos procesos electorales pasado no se sintieran defendido y representado por esta organización, y por tanto no se sintieran motivados a ejercer su derecho al voto.
En las pasadas elecciones solo votó el 54 por ciento de los electores con derecho al sufragio, de manera tal que 46 por ciento de estos no se identificaron con la gestión del presidente Abinader, pero tampoco la oposición logró entusiasmarlos para que acudan a votar por ella.
Se cree que las persecuciones judiciales contra varios exfuncionarios peledeistas acusados de corrupción sería la causa principal del porque el PLD perdió el favor de los votantes, pero el triunfo de varios candidatos a diputados y senadores del Partido Revolucionario Moderno(PRM), incluso la mayoría de ellos entre los más votados, señalados por narcotráfico, corrupción y violaciones sexuales, dejan entender que esa no es la causa de las derrotas.
En 1994 el partido morado experimentó una situación muy similar a la de este momento, pues después de prácticamente haber ganado las elecciones en 1990, su votación cayó en un 13 por ciento, sin embargo, en 1996 hizo como el ave Fenix, y resultó ganador de las elecciones en segunda vuelta.
De modo que el gran reto del PLD, un partido con mística, tradición y una obra de Gobierno que no tiene ninguno de las organizaciones que compiten por el poder en la actualidad, es identificar una línea de trabajo que les permita volver a ganarse la simpatía de los electores que le dieron tantas victorias.