Santo Domingo, RD.- Un análisis del Centro Regional de Estrategias Economicas Sostenibles, CREES, muestra como la deuda pública consolidada (incluyendo deuda intergubernamental) a agosto de 2024 ascendió a US$76,223.4 millones. La misma está compuesta por la deuda del sector público no financiero (SPNF) cuyo monto fue US$57,596.0 millones y la deuda del Banco Central de la República Dominicana (BCRD) cuyo monto representó US$18,627.5 millones.
Al mes de agosto de 2024 la deuda pública consolidada se ubicó en 61.2% del PIB; de los cuales un 46.3% correspondían a la deuda del SPNF y los restantes 15.0% a la deuda del BCRD.
La deuda representa una carga importante para los contribuyentes, tanto por el pago de su costo como por el capital de la misma. Para el año 2024 según la ley de Presupuesto General del Estado, el monto del gasto en intereses del gobierno central como porcentaje de los ingresos tributarios está presupuestado en 25.0%.
Esta representa una medida muy importante de la sostenibilidad de la deuda. El importante peso que representa la deuda pública amerita una reducción de la misma de forma sostenible. La mejor forma de lograr este objetivo es iniciando un proceso de consolidación fiscal basado en: 1) el establecimiento de reglas fiscales que lleven a un eventual superávit fiscal y, en consecuencia, la deuda pública pueda ser reducida; y 2) una transformación tributaria que reduzca los incentivos actuales a la evasión y la elusión, y que no sea una limitante para nuevas inversiones formales. Acompañado de la implementación de otras reformas estructurales que permitan incrementar la productividad promedio en la economía y elevar los ingresos de los ciudadanos.
El escenario para que el país viva una transformación fiscal ya está planteado, solo queda tomar la decisión sobre cuál camino seguir. Con respecto a la sostenibilidad fiscal queda pendiente lo siguiente: 1) no gastar lo que puedan recaudar de manera adicional las autoridades ante los incrementos de recaudaciones que se implementarán en el futuro cercado, es decir, lograr avanzar en la consolidación fiscal; y 2) crecer el gasto primario por debajo de lo que indica la regla fiscal aprobada recientemente.
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En este sentido, si la inflación promedio esperada para 2025 es 3.4% y la regla permite un incremento hasta 3 puntos porcentuales por encima de ese nivel de inflación oficial, mantener el crecimiento por debajo del 6.4%. La prudencia fiscal ha sido la base de la estabilidad macroeconómica en la historia económica de los países.