NUEVA YORK — Poco después del Juego 4 de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional el jueves, el manager de los Mets, el venezolano Carlos Mendoza, se acercó al relevista Danny Young para agradecerle. Sabiendo que su dirigente no quería usar los mejores brazos del bullpen, en la que terminó siendo una contundente derrota, Young se exigió mucho más de lo normal para registrar los últimos siete outs. Fue una pequeña victoria dentro de un revés importante.
Un día después, la contribución de Young significó mucho, cuando los Mets tomaron una ventaja sustancial en las primeras entradas del Juego 5, que se fue desvaneciendo en los innings intermedios. Con casi la totalidad de los relevistas descansados —menos Young, por supuesto— a su disposición, Mendoza logró obtener 27 outs de su cuerpo de lanzadores en una victoria de 12-6 sobre los Dodgers. El triunfo envió a los Mets de regreso a Los Ángeles, con la serie al mejor de siete, 3-2 en contra.
Fue un triunfo que los Mets tenían que obtener a cualquier costo, y les costó bastante asegurarla. Para contener a los Dodgers, Mendoza confió en el preparador Ryne Stanek, quien registró siete outs, la mayor cantidad de su carrera, y en el cerrador puertorriqueño Edwin Díaz, sacó seis outs. Está por verse cómo afectarán esas cargas de trabajo en el resto de la serie.
"Siempre venimos con la misma mentalidad", expresó Díaz. "Nuestro objetivo era ganar este juego y regresar a Los Ángeles. Lo logramos. Jugamos muy buen béisbol contra un equipo realmente bueno. Pero al final del día, los muchachos hicieron su trabajo. El bullpen hizo un gran trabajo y conseguimos la victoria"
Stanek y Díaz ciertamente estarán disponibles para un posible Juego 7, y quizás también para el Juego 6 el domingo, pero ¿serán igual de efectivos? ¿Podrán darle tanto a los Mets?
Para Mendoza, esas son preocupaciones para otro día. El Juego 5 era sobre sobrevivir, lo cual los Mets lograron gracias a un jonrón de tres carreras de Pete Alonso en la primera entrada y un ataque de cinco carreras ante Jack Flaherty —el mismo Jack Flaherty que los había blanqueado durante siete innings en el Juego 1— en la tercera. En un momento, los Mets tuvieron una ventaja de ocho carreras, lo cual parecía suficiente. En la historia de la postemporada, los equipos con una ventaja tan grande dentro de un juego tenían récord de 162-1.
"Cada turno al bate lo enfrento igual", comentó Alonso. "Tengo la misma tenacidad, el mismo enfoque. Al final del día, esto es béisbol de postemporada y se trata de disfrutar. Estoy feliz de haber podido cumplir por el equipo en ese momento. Era una situación importante. Y estoy simplemente feliz de haber tenido un impacto. Este clubhouse está muy unido. Definitivamente, este es uno de los equipos más especiales en los que he jugado. Poder cumplir por los muchachos en ese momento me hace muy feliz.