Malecon Center para el año 2004 en que fue construido, se erigió como el más importante complejo habitacional, no solo de Rep. Dominicana, sino del Caribe; concebido por el prestigioso arquitecto Jesús Rodríguez Sandoval, autor además de las emblemáticas torres Caney y Anacaona 27, este complejo conformado por 3 grandes torres de apartamentos residenciales, un centro comercial y un lujoso hotel, ha pasado de ser el más lujoso y exclusivo, para convertirse en un inminente peligro para la vida de sus ocupantes.
A pesar que en él residen aún algunas afamadas personalidades del país, tales como políticos, artistas, empresarios, queridas de funcionarios, deportistas, entre otros, lo cierto es que desde su inauguración ha arrastrado un mal que debe ser espejo para otros condominios, si quisieren no convertirse en la ruina y peligro público que es hoy día Malecon Center: el oportuno pago de las cuotas de mantenimiento de algunas unidades. Solo la torre III, acumula más de 40 millones de pesos en atrasos.
12 pisos de estacionamientos, área social, 153 apartamentos y 4 penthouses de 3 pisos, componen los 32 niveles de este rascacielos (la torre III), que al ser concebido con superficies desde los 54.00 M2 y una habitación del tipo "F", hasta 180.00 M2 de 2 y 3 habitaciones del tipo "E", esta torre en principio fue el refugio de empresarios del bajo mundo y funcionarios corruptos para alojar a sus amantes o simplemente tenerlos vacíos para encuentros furtivos con las "prepagos"; hoy se ha convertido en un espacio lúgubre, inhóspito; y con la amenaza de convertirse en el peor peligro para sus ocupantes.
Actualmente tienen como administrador, extrañamente a un ex diputado del Distrito Nacional, que no obstante ser abogado, autor de varias iniciativas legislativas, parece nunca haber abierto la Constitución de la República, la Ley 5038 sobre Condominios; ni siquiera el propio Reglamento Interno de Malecon Center, al pretender establecer medidas arbitrarias, dictatoriales, ilegales, inconstitucionales, pero sobre todas las cosas INHUMANAS, como coerción para el cobro de las cuotas de mantenimiento.
En principio fue la restricción al amplio patio en donde se encuentra el área de caminar, tomar el sol, la piscina, el gimnasio y otros espacios sociales de menor importancia, para todos los habitantes de apartamentos publicados en una lista, que pusieron a circular en un importante periódico; y que mantienen fijada en los ascensores y entrada a las áreas sociales. Ignora la administración, que la medida es inconstitucional, toda vez que limita el derecho al uso, goce y disfrute de la propiedad; así como el de "al buen nombre" consagrados en la Constitución y los Derechos Humanos.
No complacidos con esa medida, ahora han codificado los ascensores, con el objetivo de que aquellas personas que no estén al día en el pago de sus cuotas de mantenimiento, tendrán desactivadas las tarjetas de acceso; y no podrán utilizar esos vehículos de transporte vertical para llegar a sus viviendas. ¿Pero es locos que nos estamos volviendo? La administración del complejo, se está buscando un supremo problema, y parece estar jugando los 100 números de la lotería para sacarse el premio.
Digo lo anterior, porque para poner un simple ejemplo, los señores Benedicta y Felucho, son una pareja de honorables esposos, gente buena, decente, cumplidora del deber; ambos de avanzada edad, que viven en el piso 28, que si por alguna razón llegasen a atrasarse con sus pagos, tendrían que subir al menos desde el piso 11 (último nivel de estacionamientos), 17 pisos para llegar a su hogar. Eso sería como sentenciarlos a un infarto antes de llegar siquiera a la mitad de su ruta.
En lo absoluto estoy de acuerdo con que los propietarios de apartamentos dejemos de cumplir con nuestro compromiso de mantenimiento; sin embargo, todos los seres humanos tenemos altas y bajas. Nuestro ordenamiento jurídico ponen en manos de los administradores de condominios, fehacientes herramientas de cobro, sin la necesidad de vulnerar sus sagrados derechos estatutarios, legales y constitucionales. Usted no debe pretender hacer a otra persona cumplir con su deber, sobre la base de violación a sus derechos.
Exhorto a los condóminos del complejo Malecon Center, interponer de inmediato un recurso de amparo por ante los canales legales correspondientes, a los fines de detener esta burda y deleznable arbitrariedad; y públicamente hago responsable directo al administrador de ese complejo residencial, de cualquier situación de salud que pueda sufrir cualquiera de los residentes de ese importante condominio, por semejantes arbitrariedades.