Los partidos políticos son los conductores necesarios para la población poder expresar sus quejas, sus problemas, pero también para manejar las buenas intenciones y llevar mejores niveles de vida a la sociedad.
Hoy todos los partidos políticos están en reflujo de masas. Sometidos unos a la lucha interna, y otros flotando en tener un cheque mensual en el gobierno.
Después de las elecciones han llegado las luchas intestinas. Podrían ser necesarias o simple desenfreno. Es en el accionar interno unido que se fortalecen los partidos. En el país, es donde los aspirantes a caudillos secuestran la voluntad y la opinión de sus dirigentes y militantes.
Ni siquiera los perdedores de unas elecciones comienzan a interactuar, cuando llega la hora de pasar revista y administrar culpas. Siempre se quedan con las riendas conductuales en las manos y juegan a renunciar para motivar a las bases.
En verdad, nunca se acalla la lucha de tendencias, donde el triunfo se lo lleva el que tenga más fuerzas, o el que pueda tener la facilidad de conseguir el empleo.
Si desde la oposición hay un reflujo, que puede ser natural si se piensa que estarán cuatro años -por lo menos- fuera del poder, con un alto costo de la vida asfixiante. En el gobierno el reflejo es el abandono de la actividad partidista cuando se tiene un cargo y un decreto.
No puede haber unidad en ese marco de inexactitudes, donde sólo importa el bienestar personal, o el levantar un liderazgo de hoja de lata. El país necesita fortaleza en los partidos sin luchas internas y que se enfoquen en lo mejor para el país.
En la oposición solo tienen suficiente poder el Partido de la liberación Dominicana y la Fuerza del Pueblo. Los demás para que se escuche su opinión tienen que estar aliados, quedarse callados y subsistir con el envío de notas de prensa.
Leonel Fernández es un cacique en la Fuerza del Pueblo, líder y candidato permanente. Los demás que se pongan en fila por si el caudillo piensa que ya se terminó su etapa de ser aspirante .Vieja herencia de Balaguer: mientras respire, nadie aspire
En el PLD, Danilo quiso balancear su popularidad hablando de retiro parcial, y la marea casi se lo lleva. Tiene un liderato anémico y que podría zozobrar en cualquier momento. Sin embargo, encabeza la tendencia mayoritaria morada.
Sin posibilidades de que siga Luis Abinader, ya comenzó la lucha de tendencias de los precandidatos que buscan desde ahora ser el escogido para las venideras elecciones presidenciales. Difícil lograr la unidad, donde hay apetencias personales. Olvido inmerecido: “el pueblo unido, jamás será vencido”.