VILLA HERMOSA, La Altagracia.-Esta provincia enfrenta un grave déficit en el servicio de salud, situación que afecta especialmente a aquellos pacientes que no cuentan con los recursos para asistir a centros médicos privados.
En este contexto, el hospital Arístides Fiallo Cabral, uno de los principales centros de atención en la zona, enfrenta serias problemáticas que limitan su capacidad para brindar atención de calidad. Uno de los principales inconvenientes es el remozamiento que se está llevando a cabo en el hospital, lo que ha dificultado la adecuada atención a los pacientes.
Este proceso ha generado situaciones alarmantes, como la pérdida de energía eléctrica mientras los médicos realizan intervenciones quirúrgicas, y largas esperas para recibir atención médica, que pueden extenderse hasta seis meses, según relató la paciente Susana Montero. Montero explicó que, como paciente recurrente en las áreas de cardiología y ortopedia, ha tenido que enfrentar largas esperas para obtener citas. En el caso de ortopedia, mencionó que ha tenido que esperar hasta ocho días para ser atendida.
Sin embargo, el mayor inconveniente se encuentra en las citas para cardiología, donde los plazos de espera son aún más prolongados. Además, Montero señaló que, para recibir atención en otras especialidades de medicina general, se ve obligado a trasladarse al hospital municipal de Villa Hermosa.
Otro de los problemas frecuentes que afectan a los pacientes es la suspensión de consultas debido a filtraciones de agua en las instalaciones del hospital, lo que obliga a reagendar las citas para 30 días después.
El hospital Arístides Fiallo Cabral fue inaugurado el 29 de octubre de 1950, en plena dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, y, a pesar de su antigüedad, no ha recibido suficientes actualizaciones en infraestructura y equipamiento.
Aunque en el año 2022, durante la pandemia del Covid-19, el hospital recibió algunos insumos médicos del Servicio Nacional de Salud (SNS), como tres ventiladores mecánicos, dos monitores y un ecocardiógrafo, los equipos siguen siendo insuficientes para cubrir las necesidades del hospital.
Estos insumos fueron destinados al área de aislamiento para pacientes con Covid-19, que cuenta con 22 camas. Actualmente, el hospital dispone de al menos cinco especialidades, entre ellas cardiología, oncología y medicina interna, pero la falta de recursos limita la calidad de la atención en cada una de ellas.
El laboratorio del hospital se encuentra en condiciones precarias, expuesto a filtraciones, humedad y polvo provenientes de la calle. Además, carece de neveras adecuadas para almacenar sangre, plasma y medicamentos, lo que pone en riesgo el manejo adecuado de los insumos médicos. También hace falta material para realizar pruebas de laboratorio.
La zona de emergencias del hospital también presenta serias deficiencias. No solo carece de camillas para los pacientes, sino que los médicos deben utilizar sus propios aparatos para tomar la presión arterial a los pacientes.
La falta de insumos médicos es aún más alarmante, llegando incluso a faltar medicamentos básicos como el paracetamol. Además, el área de internamiento no está adecuadamente equipada para recibir a los pacientes.
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El hospital cuenta con un solo quirófano, el cual carece de los equipos necesarios para realizar cirugías con estándares adecuados. La falta de un ecocardiograma y un desfibrilador limita la capacidad de realizar intervenciones de alta complejidad. Además, el centro no dispone de ambulancias para el traslado de pacientes en situaciones de emergencia
