Parte 1
Es un secreto a voces que “nueva yol ya no es lo que era” “estamos mejor en RD que allá”, entre otras consideraciones muchas exgeradas y otras que calcan la cotidianidad de los barrios pobres en los que vivimos los dominicanos en Estados Unidos.
Sin embargo y a pesar de las dificultades materiales concretas por las que atraviesa un trabajador o trabajadora en los “iunaires”, enfrentando una inflación micro económica que reduce su capacidad de bienestar material frente a necesidades que se suponen superadas, no dejamos de pensar en quienes esperan la mano solidaria através de las remesas y el envio de cajas de alimentos, ropa etc.
Los “remesadores” priorizan el bienestar inmediato de sus familiares en “el patio” pero descuidan su presente y su futuro en la tierra que los acoje; el salario de los trabajadores y eso incluye a quienes tienen pequeñas negocios, son ingresos de sobrevivencia y las probabilidades reales de tener planes dignos de retiro se aleja cada vez más.
Los más organizados, llegada la edad de retiro y calculando el alcance de sus ingresos venidos de la administracion del seguro social estadounidense, han proyectado a La Florida como el lugar “ideal”, pero este se ha encarecido exponencialmente y ya no es atractivo para la generación baby boomers para los próximos años y se exploran posibilidades como Colombia y Costa Rica por ser destinos con costos asequibles y con cierto grado de seguridad para extranjeros.
Es decir, estamos frente a un cuadro complicado y concreto que necesita una respuesta concreta y aquí el gobierno dominicano puede y debe jugar un papel de primer orden frente a quienes han dejado de vivir y organizar su futuro para quitar el fosforo ala mecha de la confrontacion social que significaría para el pais, la ausencia de las remesas en sus distintas formas.
Pienso que es posible acciones estatales que abran las puertas a quienes desean retirarse en nuestra tierra, dominicanos y otras nacionalidades, que la acogerían con beneplácito y aquí algunas propuestas.
Desarrollar un sensato plan de viviendas para dominicanos en el exterior ( en cualquier parte del territorio nacional, no concentrados en una zona específicas, digamos Ciudad Juan Bosch). Sería una ley de vivienda para dominicanos en el exterior, con criterios claros respecto a los aplicantes/beneficiarios ( tiempo viviendo en el exterior, vínculos familiares y algún tipo de responsabilidad social durante su estadia en el exterior) entre otros factores de elegibilidad.
La referida ley, contemplaría que todo proyecto habitacional gestionado por el ministerio de vivienda y/o fideicomisos donde este involucrado el Estado Dominicano, designe un porcentaje(20% por ejemplo) de ese proyecto habitacional para dominicanos en el exterior bajo criterios distinto a los que aplica el mercado inmobiliario y eso incluye tipo de interés, pago de inicial, entre otros, de manera que el proceso sea expedito, fácil y muy práctico.
Por otro lado está la atención de salud, el plan Senasa Larimar es insuficiente tal como se ejecuta en la actualidad, los servicios que reciben los “clientes” estan sujeto a los vaivenes de burocratas sin reglas claras respecto a que cubre y que no el susodicho seguro y hoy tiene poca capacidad de respuesta frente a los asegurados del exterior al momento de reclamar cobertura en medicina por ejemplo, frente a una propuesta de este tamaño, el seguro de salud, su eficiencia y tranparencia es clave, porque se trata de que quienes han elegido a República Dominicana como destino para su retiro, tengan acceso a servicios eficientes, vistos más allá del mercado, es decir, no es solo aumentar los capitales del seguro de salud, sino ver atendidos a quienes pagan religiosamente un servicio de primer orden como la salud.
Un inteligente, viable y auto financiable plan de retiro através del cual los dominicanos en el exterior contribuyamos periodicamente y que recibiríamos al momento del retiro en el pais, claro, esta propuesta seria para quienes aún tienen tiempo (por su edad) para enrolarse en un plan de reito a mediano y largo plazo, pero que le garantiza un ingreso seguro en República Dominicana que sería complementario al que recibe ya del seguro social estadounidense. Este plan es posible pero requiere de ingieneria financiera, estudios, vialbilidad y voluntad politica para su alcance.
De avanzar en un proyecto de este tipo, una apeciable cantidad de dominicanos en edad de retiro, verían abrirse una puerta y NO dependerían económicamente de nadie pues definitivamente con sus ingresos de seguro social recibidos alla, otro gallo cantaría.
Una propuesta integral para dominicanos en el exterior, lejos de popuilismos, politiquría y basado en pilares como reciprocar la solidaridad recibida por décadas através de auto y co-financiamiento del Estado Dominicano en áreas que tocan nuestras legítimas aspiraciones, sería una forma real, posible y trabajable para empezar a emparejar la carga de quienes, por compromiso familiar, se han olvidado de su propio futuro.
Esta propuesta NO se trata de que el Estado Dominicano regale nada, se trata de que viabilice procesos, proyectos para quienes no podran quedarse a vivir en los Estados Unidos en los próximos años y que estan obligados a buscar donde vivir con tranqulidad y que mejor hacerlo en nuestra tierra.
Samuel Sánchez coordina la Iniciativa Latina para Pequeños Negocios (Latino Small Business Initiative)