REDACCION. – El túnel de Tende, una conexión estratégica entre Italia y Francia, ha sido objeto de extensas renovaciones durante más de una década. Este paso, situado en el norte del departamento francés de Alpes Marítimos, no solo representa un avance en la infraestructura de transporte, sino también un ejemplo de superación frente a los múltiples desafíos que ha enfrentado el proyecto.
Con una longitud de 3.182 metros, el túnel de Tende fue inaugurado en 1882 como el túnel de carretera más largo del mundo. En ese entonces, pertenecía exclusivamente a Italia, pero esto cambió tras la Segunda Guerra Mundial. El Tratado de París de 1947 trasladó parte de los Alpes Marítimos, incluyendo la sección francesa del túnel, a soberanía gala. Desde entonces, ha funcionado como un corredor esencial para el transporte de personas y mercancías entre ambos países.
El túnel original, construido en el siglo XIX, no cumple con las exigencias de las crecientes demandas de tráfico ni con los estándares de seguridad modernos. Por eso, en 2013 se decidió emprender un ambicioso proyecto de renovación. La obra buscaba modernizar la estructura existente y construir un segundo túnel para optimizar el flujo vehicular.
Renovaciones y mejoras del túnel
El plan inicial de renovación contemplaba la construcción de un paso adicional paralelo al túnel original. Este segundo paso no solo permitiría la circulación bidireccional, sino que también elevaría los estándares de seguridad al contar con un diseño moderno y sistemas de evacuación avanzados.
A pesar de los retrasos acumulados, el nuevo túnel se encuentra en la fase final de obras y está previsto que abra sus puertas en junio de 2025, tras un período de pruebas en marzo. Sin embargo, el túnel original aún requiere una restauración completa, la cual comenzará únicamente después de que la nueva infraestructura entre en funcionamiento. Hasta entonces, el tráfico será unidireccional. Se espera que ambos pasos estén operativos en 2027, marcando el fin del proyecto.
El proyecto de renovación del túnel de Tende no ha estado exento de dificultades. En 2017, un robo masivo de 200 toneladas de materiales de construcción afectó gravemente el cronograma y el presupuesto. Este incidente no solo retrasó las obras, sino que también obligó a reforzar las medidas de seguridad en el sitio.
En 2020, la tormenta Alex, una de las más devastadoras de las últimas décadas en Europa, provocó estragos en la región. Las lluvias torrenciales y suaves de tierra dejaron inaccesible el lado francés del túnel, lo que representó un desafío adicional para la continuidad de las obras. A pesar de estos contratiempos, el compromiso de los equipos de construcción ha permitido que el proyecto avance hacia su etapa final.
El coste inicial del proyecto de renovación del túnel de Tende se estimó en 170 millones de euros. Sin embargo, los retrasos y los contratiempos han elevado esta cifra a 250 millones. La financiación de este importante esfuerzo se ha dividido entre los gobiernos de Francia e Italia.
Según informes, Francia y las autoridades locales de las regiones afectadas han asumido el 41% del costo total. Por su parte, Italia ha contribuido con 70 millones de euros, demostrando el carácter binacional de esta obra de infraestructura. Este esquema de cooperación internacional refleja la importancia estratégica del túnel como un eje vital en el sistema de transporte europeo.
Alternativas de transporte ecológico entre Italia y Francia
Mientras el túnel de Tende ha estado en renovación, se han logrado avances significativos en el transporte ferroviario entre Italia y Francia, ofreciendo opciones más sostenibles para los viajeros.
En 2022, se inauguró un tren de alta velocidad que conecta París con Milán, reduciendo los tiempos de viaje y ofreciendo una alternativa más respetuosa con el medio ambiente en comparación con el transporte por carretera. Además, se encuentra en marcha un proyecto ferroviario que unirá Turín con Lyon, cuya finalización está prevista para 2032. Este nuevo enlace promete fortalecer aún más las conexiones entre ambas naciones, con un enfoque en la sostenibilidad y la reducción de emisiones de carbono.
La reapertura del túnel de Tende marca un hito importante en la historia del transporte entre Francia e Italia. A pesar de los desafíos significativos, como los retrasos por robos y desastres naturales, el proyecto avanza hacia su conclusión. La combinación de infraestructura moderna en el túnel y el desarrollo de alternativas ecológicas como el tren de alta velocidad resalta el compromiso de ambas naciones con un transporte más eficiente y sostenible.
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Cuando el túnel esté completamente operativo en 2027, no solo mejorará la conectividad regional, sino que también será un símbolo del esfuerzo conjunto y la resiliencia frente a las adversidades. Mientras tanto, las opciones ferroviarias ofrecen una solución para quienes buscan viajar de manera más responsable entre estos dos países históricos.