Santo Domingo, RD.- Venezuela inicia este viernes una nueva historia: Cada vez más aislada y bajo presión internacional, mientras el presidente Nicolás Maduro jura por un tercer periodo de seis años y la oposición ha retomado las protestas para reivindicar el triunfo electoral de su líder Edmundo González Urrutia.
En cumplimiento del mandato de la Constitución y al margen de la voluntad popular, según el alegato de la oposición y no así lo piensa el régimen chavista, Maduro acudirá ante la Asamblea Nacional para el juramento legal, aunque la comunidad internacional entiende que su nuevo mandato carece de legitimidad.
El escenario político y social en Venezuela es cada vez más tenso y complicado, toda vez que la oposición ha reanudado su activismo en las calles para reivindicar la victoria que presume fue ganada por Edmundo González Urrutia en los comicios del 28 de julio de 2024.
Una retórica diferente ha asumido el Gobierno venezolano, con Maduro y sus allegados más aferrados al continuismo de un régimen con su líder Hugo Chávez, que pudo llegar al poder en ese país en febrero de 1999.
Desde entonces, la oposición ha intentado detentar el poder, con fallidos intentos y con la oposición que mantuvo discurso divorciado de la realidad política, hasta que en Venezuela surgió el liderazgo de María Corina Machado, quien tuvo una aparición destacada siendo diputada y en un acto público le ripostó a Hugo Chávez que su país vivía en una dictadura.
Machado fue una amenaza para Maduro y su régimen, lo que condujo que fuera inhabilitada política y no pudiera ser la candidata presidencial por la Plataforma Unitaria Democrática, escenario que permitió que González Urrutia, un diplomático de carrera, apareciera en el escenario.
Desde la óptica de la oposición que lideran Machado y González Urrutia, Maduro intenta perpetuarse en el poder con su jura de este viernes, sin importar que Venezuela permanezca cada vez más aislada y con una comunidad internacional que ha reclamado el respeto de la voluntad popular, que se advierte habría sido desfavorable al continuismo del actual Gobierno.
El panorama para Venezuela adopta otro matiz, con la entrada en la escena del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien se alista para su juramento de su segundo mandato en la Casa Blanca a partir del 20 de enero.
La presunta detención o “secuestro” de Machado por el Gobierno después de encabezar una protesta para reivindicar el triunfo electoral de la oposición, fue el momento escogido para que Trump apareciera en la escena política que ahora vive Venezuela.
Al reconocer que Edmundo González y la oposición ganaron la voluntad popular –como ha sido la posición de la administración del presidente Joe Biden, quien ya concluye- apunta que las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela serán de profundos conflictos y de intensas rivalidades.
Los elogios de Trump hacia Machado por su lucha a favor de la democracia en Venezuela agrava aún más la situación del Gobierno de Maduro en el plano internacional, aunque el líder venezolano ha intentado materializar un acercamiento con la gestión que se iniciará el 20 de enero en la Casa Blanca.
Aunque ha prometido regresar para asumir el poder que le habría sido otorgado en las elecciones del 28 de julio -la oposición dice que con el 67 por ciento de los votos- Edmundo González Urrutia se encuentra varado en República Dominicana, donde le fue concedido el reiterado apoyo con el reconocimiento de mandatario electo de Venezuela.
Pero las recientes tensiones políticas –incluida la alegada detención y posterior liberación de Machado- complica un posible retorno de González Urrutia – que tenía programado fuera este viernes, máximo cuando existe una reitera amenaza del régimen chavista con materializar su captura tan pronto llegue a su terruño venezolano.
Maduro, sin embargo, jura ante la Asamblea Nacional en un escenario muy adverso y con una Venezuela aislada, con una comunidad internacional comprometida con exigir el respeto de la voluntad popular y por el cese de lo que se considera violaciones de los derechos humanos, con detenciones de los opositores al régimen y denuncias de ejecuciones del Estado, ya que las protestas convocadas por la oposición desde los cuestionados comicios del 28 de julio han dejado al menos 29 fallecidos y más de 2,500 detenidos.