MONTERREY, México — Entre los tantos auténticos momentos que se vieron durante los dos encuentros de exhibición que los Medias Rojas jugaron contra los Sultanes de Monterrey como preparación antes del Día Inaugural, se destacó uno que involucró al estelar primer bate Jarren Durán.
Cuando Durán salió del partido del lunes, su rol cambió rápidamente de guardabosque a embajador.
Los fanáticos gritaron de emoción en la cueva visitante con la esperanza de que el convocado al Juego de Estrellas en el 2024 y representante de la selección de México en el Clásico Mundial de Béisbol del 2023 interactuara con ellos.
Lo primero que hizo Durán fue pedirle permiso al piloto, el puertorriqueño Alex Cora.
"Él me dijo: 'Adelante. Esto es tanto para ellos como para nosotros. Esta es una oportunidad única en la vida para algunos de ellos'. Por eso dije: 'Está bien', y fui al final del dugout y les pedí que me lanzaran gorras y pelotas", explicó Durán. "Estaba esquivando bolas, de izquierda a derecha, pero asegurándome de que [el reportero de NESN Tom Caron] tampoco fuera golpeado por una. Fue una experiencia espectacular".
Y esa fue la palabra clave: Experiencia.
Más que béisbol, el objetivo de los Patirrojos en esta visita de dos días fue empaparse de la experiencia y permitir que los apasionados fanáticos del béisbol en México hicieran lo mismo. El club de Boston concluyó el viaje con una victoria por 12-8.
"Fue genial", dijo Alex Bregman. "Los espectadores fueron maravillosos. La energía en el estadio es fantástica. Es una buena manera de comenzar e ir al Día Inaugural con esa clase de energía que habrá en un estadio de Grandes Ligas en Texas".
Después del choque del lunes, surgió otra experiencia única. Los fanáticos sabían que el clubhouse de Boston estaba un piso arriba del pasillo principal.