EE.UU. – Tesla reportó el miércoles una disminución del 13% en sus ventas globales durante el primer trimestre del año, entregando 336.681 vehículos, por debajo de las expectativas de los analistas.
Este descenso se atribuye principalmente a una reducción en la producción por ajustes en las fábricas, en especial la actualización del modelo Y, así como al impacto de la creciente controversia en torno a la participación de Elon Musk en el gobierno de Estados Unidos.
El multimillonario, conocido por su rol al frente de Tesla, SpaceX y la red social X, fue designado por el presidente Donald Trump para liderar el recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge), cuyo objetivo es reducir los gastos estatales y rastrear el fraude.
Esta decisión ha provocado una ola de protestas, especialmente en los concesionarios de Tesla en Estados Unidos y Europa, donde los manifestantes exigen la renuncia de Musk a su cargo.
En las últimas semanas, varios concesionarios han sido blanco de actos de vandalismo, y el sábado pasado se llevaron a cabo manifestaciones masivas frente a tiendas Tesla en ciudades como Manhattan, Londres, Berlín y París. En Nueva York, entre 500 y 1.000 personas se congregaron para protestar contra Musk, con pancartas que pedían su salida del gobierno.
"Elon Musk tiene que irse", gritaban los manifestantes, mientras otros llevaban carteles con lemas como "Manden a Musk a Marte".
Las protestas han resurgido con fuerza, incluso entre aquellos que no habían participado en manifestaciones desde la década de 1970, como Amy Neifeld, una psicóloga de 70 años, quien expresó su preocupación por el rumbo político de Estados Unidos bajo la influencia de Musk, comparándolo con el "fascismo".
El impacto de estas protestas se reflejó también en el mercado, donde las acciones de Tesla cayeron más de un 6% en la apertura de Wall Street, agravando los desafíos que enfrenta la empresa en un trimestre marcado por la caída en sus ventas.