Río de Janeiro- El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva inició una gira por el empobrecido noreste del país, su gran bastión histórico, en un esfuerzo por reinventarse después de la sentencia por corrupción que amenaza sus ambiciones de volver al poder en 2018.
El icono de la izquierda latinoamericana puso a funcionar su maquinaria en Salvador, capital del populoso estado de Bahía, donde urgió a los militantes de un Partido de los Trabajadores (PT) en horas bajas a articularse para volver a la presidencia en las elecciones del próximo año.
“En 2018 vamos a colocar a una persona democrática para gobernar este país y tenemos que comenzar a organizarnos ya”, afirmó entre los gritos de los alrededor de 3.000 seguidores que coreaban su nombre en un ala del estadio Arena Fonte Nova.
Las elecciones presidenciales no se celebrarán hasta octubre del próximo año y muchos de los potenciales candidatos mantienen todavía un perfil bajo. Pero el icono de la izquierda latinoamericana no tiene tiempo que perder.
A los 71 años, Lula se encuentra en un cruce de caminos. En libertad, pero condenado a casi diez años de prisión por corrupción, y autorizado a recurrir, subirá la apuesta por su carisma para luchar por un regreso improbable.
Esta gira de tres semanas con la que recorrerá 28 ciudades es también un retorno a las raíces del exmandatario, que nació en Pernambuco, en pleno corazón del castigado noreste brasileño.