
Santo Domingo.- Mientras el presidente Luis Abinader se prepara para rendir cuentas tras cinco años de gestión, acompañado por más de 3,000 dirigentes del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en un evento pautado para el 17 de agosto en el Puerto Sans Soucí, una realidad paralela arde en las calles del país: apagones, protestas, quema de gomas, homicidios, crisis hospitalaria, abandono del sistema educativo y una salud mental en estado crítico.
El acto de rendición de cuentas, que promete destacar los logros del gobierno en infraestructura, economía y transparencia, se da mientras amplios sectores de la sociedad dominicana exigen respuestas urgentes ante la crisis energética que azota barrios enteros con largas tandas de apagones.
Los cortes eléctricos no solo afectan hogares, sino también hospitales, escuelas, pequeños negocios y zonas rurales, provocando pérdidas millonarias y alterando la calidad de vida de millones de dominicanos.

Mientras el Puerto Sans Soucí se llena de luces, cámaras y figuras políticas para aplaudir la gestión presidencial, miles de dominicanos esperan una rendición real, no solo de cuentas, sino de responsabilidad y compromiso.
Porque rendir cuentas no es solo hablar de cifras, sino también responder a las necesidades más urgentes de la gente.
República Dominicana arde, y no por el calor del Caribe, sino por la ausencia de respuestas concretas ante sus múltiples crisis.