Logo 7dias.com.do
Internacionales 
  • Por: Mayte Feliz M.
  • jueves 11 septiembre, 2025

11 de septiembre, la democracia herida – A 52 años del derrocamiento de Salvador Allende

salvadorallende1973

Han pasado 52 años desde aquel amanecer de fuego y metralla, desde que los tanques rompieron el silencio de la capital chilena y los aviones Hawker Hunter dibujaron la traición en el cielo. La historia marcó aquel martes de 1973 como el día en que la democracia chilena fue herida de muerte. Y en el corazón del Palacio de La Moneda, el presidente Salvador Allende resistía no solo con palabras, sino con una dignidad que todavía, medio siglo después, nos interpela.

Allende fue médico, marxista, demócrata. El primer presidente socialista elegido por votación popular en América Latina, sin recurrir a las armas.

Allende había asumido la presidencia de Chile el 3 de noviembre de 1970, tras ganar las elecciones con un 36.6% de los votos, al frente de la coalición de izquierda conocida como la Unidad Popular. Su programa contemplaba profundas reformas estructurales: nacionalización del cobre, reforma agraria, control de precios, estatización de la banca y expansión de los derechos sociales. Por primera vez en la historia mundial, un marxista accedía al poder por la vía electoral en un país democrático.


Sin embargo, el sueño de Allende pronto enfrentó una dura realidad: una economía tensionada, una oposición política férrea, boicots internos y presiones externas. La inflación alcanzó el 600% en 1973. Los sectores empresariales paralizaron la producción, se generaron desabastecimientos y largas filas para conseguir productos básicos. A esto se sumó la intervención encubierta de Estados Unidos, que, a través de la CIA, financió a la oposición y promovió la desestabilización económica, como lo revelaron años más tarde documentos desclasificados.

Golpe de Estado Chile


En ese clima de polarización, la sociedad chilena se dividió profundamente. Las huelgas patronales, los cacerolazos y las marchas opositoras contrastaban con las tomas de fábricas, las manifestaciones de apoyo popular y los cordones industriales organizados por trabajadores. Allende se mantuvo firme en su compromiso con la democracia, resistiendo los llamados a usar la fuerza contra sus opositores y rechazando un autogolpe que le ofrecía más poder. En sus discursos, insistía en que no traicionaría el mandato del pueblo.


La tensión llegó a su punto más alto en septiembre de 1973. El 11, las Fuerzas Armadas ejecutaron un golpe de Estado coordinado. La Marina se sublevó en Valparaíso a primera hora de la mañana, seguida por el Ejército y la Fuerza Aérea. A las 9:00, Allende dio su último discurso desde Radio Magallanes, un mensaje que aún resuena en la historia: “Seguramente esta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes (…) Tengo fe en Chile y su destino”. Poco después, los tanques rodearon La Moneda y los Hawker Hunter lanzaron misiles sobre el palacio.


La muerte de Allende, ocurrida ese mismo día, fue inicialmente rodeada de dudas. Testigos presenciales y peritajes posteriores confirmaron su suicidio, aunque para muchos aún representa un acto de martirio. En 2011, una exhumación oficial confirmó que la causa fue una herida autoinfligida con un fusil AK-47 que le había regalado Fidel Castro. Allende murió con el casco puesto, defendiendo la legitimidad democrática hasta el último instante.


El golpe inauguró una dictadura militar que duró 17 años, con Pinochet como figura central. Durante ese periodo, se cometieron graves violaciones a los derechos humanos: más de 3.000 personas fueron ejecutadas o desaparecidas, decenas de miles fueron torturadas, y cientos de miles se exiliaron. Las libertades políticas fueron suprimidas, se disolvió el Congreso y se instauró un modelo neoliberal de economía de mercado que transformó profundamente al país.


Cinco décadas más tarde, Chile sigue debatiéndose entre memorias enfrentadas. Para algunos, Allende representa el fracaso del populismo y el caos económico. Para otros, es un símbolo de dignidad, coherencia y compromiso democrático. Cada 11 de septiembre, se realizan homenajes en el Cementerio General y actos conmemorativos en La Moneda, mientras que sectores conservadores prefieren el silencio o recuerdan el golpe como un “mal necesario”.


La figura de Allende ha trascendido las fronteras chilenas. En América Latina y Europa, es visto como un mártir de la democracia y la autodeterminación. Líderes como Fidel Castro, Hugo Chávez y Lula da Silva lo han reivindicado como inspiración. Su legado también ha sido estudiado en universidades del mundo entero, y su último discurso sigue siendo un símbolo de resistencia ante el autoritarismo.


A 52 años del golpe, la historia de Salvador Allende no termina de escribirse. Su legado vive en la lucha por una democracia más justa, en el reclamo de memoria y verdad, y en el esfuerzo por reconciliar un país aún marcado por sus heridas. Como él mismo dijo aquel 11 de septiembre, con la voz quebrada pero firme: “Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor”.

Subscribete a nustro canal de YouTube
Conecta con nosotros
Últinas Noticias Ver todas
Boletín Semanal

Las noticias más relevantes de la semana en su email.

Tú contenido importa
Tú también puedes informar que pasa en tu comunidad o tus alrededores.
Videos, fotos y noticias para publicarla en nuestros medios.
Boletín Diario