
WASHINGTON, Estados Unidos.- "Haití no puede esperar. El momento para una acción decidida y coordinada es ahora", afirman los 32 miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) en su declaración de apoyo a la creación de una Fuerza de Supresión de Pandillas, propuesta por Estados Unidos y Panamá, tras el anuncio de Kenia sobre su retiro de la misión de paz que lidera en ese país caribeño.
Sin embargo, en el documento se precisa que la solución a la crisis de seguridad y al orden institucional debe venir de los propios haitianos.
El apoyo a la Fuerza de Supresión de Pandillas implica que los miembros de la OEA pueden enviar efectivos, pero no tener el control ni el liderazgo de las tropas, bajo mandato de las Naciones Unidas.
El primer esfuerzo en Haití debe estar dirigido al restablecimiento de la seguridad, según la visión del secretario general de la OEA, Albert Ramdin.
"Las cuestiones de seguridad deben abordarse en primer lugar; de lo contrario, se obstaculizarán los ámbitos de la asistencia humanitaria, el diálogo político con vistas a las elecciones y la reconstrucción de la economía", declaró.
“No se trata solo de desplegar fuerzas sobre el terreno, aunque algunas empresas en el hemisferio ya han indicado que están dispuestas a hacerlo. Es necesario lograr un mayor equilibrio en materia de seguridad, formación y refuerzo de la Policía Nacional de Haití en cuanto a equipamiento, material de protección, aparatos informáticos y también vehículos, para que la Policía Nacional de Haití pueda ser eficaz”, agregó.
En una hoja de ruta presentada por la OEA, se establece la seguridad como condición fundamental para la respuesta humanitaria y la restauración de la gobernanza democrática mediante elecciones libres y justas.
“Reconocemos el papel central de las Naciones Unidas en la promoción y el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. También reconocemos que la violencia perpetrada por grupos criminales organizados y pandillas en Haití, incluso fuera de un conflicto armado, amenaza vidas y medios de subsistencia, así como la paz y la seguridad regionales. En ese espíritu, apoyamos el establecimiento de una Oficina de Apoyo de la ONU para Haití (UNSOH) y la transición de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) hacia una nueva fuerza enfocada en establecer un entorno seguro y estable, que permita a las autoridades haitianas restaurar y mantener el Estado de derecho, incluso mediante el desmantelamiento de las pandillas. Rendimos homenaje a Kenia por liderar la misión MSS, así como a las Bahamas, Belice, El Salvador, Guatemala y Jamaica por contribuir con personal”, se precisa en la declaración emitida por la OEA.
Se insiste en que, "considerando que la paz requiere más que operaciones de seguridad, apoyaremos los esfuerzos liderados por Haití para abordar las causas y factores que originan la violencia, la debilidad de las instituciones democráticas, la corrupción, la pobreza y las persistentes y profundas desigualdades sociales, así como el acceso limitado a la educación y a los servicios públicos esenciales".
Los 32 miembros de la OEA se comprometen a trabajar en el fortalecimiento de las capacidades institucionales y operativas mediante un enfoque civil, humanitario y de derechos humanos, respetando plenamente el liderazgo haitiano, la institucionalidad democrática nacional y las normas jurídicas internacionales, con especial atención a la lucha contra la violencia sexual y a la protección de las mujeres, los niños y los miembros de otros grupos vulnerables.
"Nosotros, como Estados miembros de la OEA, estamos listos para trabajar en asociación, de acuerdo con nuestras capacidades nacionales y en línea con los mandatos de la OEA, con las Naciones Unidas y con Haití, para avanzar en la Hoja de Ruta de Haití de la OEA y apoyar al pueblo haitiano", se afirmó.
Reafirmamos que el camino a seguir para Haití debe ser liderado por los propios haitianos, con plena apropiación de sus instituciones y de la sociedad civil. La asistencia humanitaria, el desarrollo socioeconómico a largo plazo, la protección de los miembros de grupos vulnerables y el respeto de los derechos humanos y del derecho internacional deben permanecer en el centro de nuestro esfuerzo colectivo. La OEA, CARICOM y la ONU deben actuar en plena coordinación para garantizar coherencia, legitimidad y eficacia, según se indicó en el documento divulgado este jueves.