
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó este martes que el despliegue de fuerzas militares de Estados Unidos en el mar Caribe constituye “una amenaza de guerra” contra su país y lo calificó como un asunto de “carácter internacional”. Durante la instalación del Consejo Nacional por la Soberanía y la Paz, transmitida por la televisión estatal, el mandatario vinculó la presencia estadounidense en la región con un supuesto intento por forzar un cambio de régimen en Caracas. 
Maduro sostuvo que Washington ha emprendido una “guerra multiforme” contra Venezuela y aseguró que, ante lo que describió como pasos “criminales e inmorales” en las últimas semanas, se ha despertado un “espíritu patriótico” en la población. “Este no es un problema nacional, este es un problema de carácter internacional”, dijo el presidente al pedir unidad por encima de diferencias políticas e ideológicas. 
El nuevo Consejo, explicó el gobernante, integrará distintos sectores del país y la junta directiva del Parlamento —controlado por el chavismo— con el objetivo de coordinar acciones diplomáticas, jurídicas y políticas para defender la soberanía. Maduro insistió en que Venezuela prefiere la vía diplomática, pero advirtió que, de ser agredida, el país pasaría de una “lucha no armada” a la “lucha armada” como respuesta a una hipotética invasión. 
Washington, por su parte, ha incrementado su presencia naval en el Caribe en operaciones que, según la Casa Blanca, buscan combatir el narcotráfico vinculado a redes que operan desde la región; medios y fuentes oficiales estadounidenses han informado del despliegue de varios buques —al menos siete u ocho según reportes—, un submarino de ataque rápido y más de 4.500 efectivos en la zona. Ese fortalecimiento militar ha aumentado la tensión bilateral y alimentado advertencias mutuas entre los gobiernos. 
Analistas consultados por medios internacionales advierten que el episodio eleva el riesgo de incidentes en alta mar y complica las vías diplomáticas en una región ya sensible por la convivencia entre operaciones antinarcóticos y disputas geopolíticas. En Venezuela, la convocatoria oficial apela a cohesionar a la sociedad ante lo que el Ejecutivo describe como una amenaza externa; la oposición y actores internacionales observan con preocupación la retórica beligerante y la posibilidad de una escalada.