
MEXICO.-Robinson Canó, tomó la palabra frente a la fanaticada de los Diablos Rojos en la celebración de su Campeonato número 18 de la Serie del Rey, para confirmar que jugará con los escarlatas en la temporada 2026 de la Liga Mexicana de Béisbol.
Canó llamó al frente del escenario a Santiago Harp, Vicepresidente del Consejo de Administración de los Diablos Rojos del México, para dedicarle unas palabras y hacer el anuncio oficial.
“Yo quiero dar las gracias por todo lo que ha hecho conmigo durante todos los años. Esta persona que está aquí me ha dado su amor, su cariño, su amistad. El cual considero un hermano. Y creo que no se merece eso: Volveré uno más”, dijo el originario de San Pedro de Macorís, República Dominicana ante la multitud, con la misión de darle a la organización el primer tricampeonato de su historia, un hito que en 100 años de historia de la LMB, solo ha ocurrido una vez: cuando los Sultanes de Monterrey ganaron los campeonatos de 1947, 1948 y 1949.
Los Diablos, campeones en 2024 y 2025, asumen el reto con la inercia de la victoria y con figuras que, como Canó, aportan experiencia y un carácter forjado en los escenarios más exigentes del beisbol mundial.
Desde su llegada a la organización, la influencia de Robinson Canó se ha hecho sentir: fue decisiva en la conquista del campeonato de 2024 —año en que además fue nombrado MVP de la temporada— cuando los capitalinos derrotaron a los Sultanes en la Serie del Rey. Al año siguiente, en la final frente a los Charros de Jalisco, su papel volvió a ser clave: contribuyó con batazos oportunos, pero sobre todo con liderazgo y experiencia desde el clubhouse.
La trayectoria de Robinson Canó otorga otra dimensión al lineup de los Diablos. Debutó en 2005 con los Yankees de Nueva York y pronto se consolidó como uno de los mejores intermedistas de su generación. Ocho Juegos de Estrellas, cinco Bates de Plata, dos Guantes de Oro y un anillo de Serie Mundial en 2009 forman parte de un palmarés que lo sitúa entre los grandes peloteros dominicanos en la historia de las Grandes Ligas.
Ahora, con un año más asegurado bajo el estandarte escarlata, Robinson Canó se lanza a la persecución de la quimera.