
Tres meses después de la tragedia que cobró la vida de Yulianny Serrano Santana, una niña de cinco años arrastrada por las aguas en junio pasado, la cañada que atraviesa el sector El Primaveral, en Santo Domingo Norte, continúa representando un grave peligro para los residentes de la zona.
Las recientes lluvias provocadas por una vaguada volvieron a desbordar el afluente, inundando las viviendas cercanas y reavivando el temor entre los vecinos. Pese a que, tras el hecho, la Alcaldía de Santo Domingo Norte inició trabajos de saneamiento, no se ha logrado una solución definitiva.
De acuerdo con los comunitarios, el problema se originó hace 12 años, cuando un pastor evangélico construyó sobre el cauce de la cañada, obstruyendo el libre paso del agua. Desde entonces, cada aguacero provoca desbordamientos, desalojos y el deterioro del valor de las viviendas en alquiler, ya que muchas familias han optado por mudarse para escapar del riesgo.
Los moradores denuncian que el cabildo no cuenta con las maquinarias necesarias para resolver la situación y claman por una intervención urgente que ponga fin a esta amenaza, antes de que la tragedia de junio vuelva a repetirse.