los gigantes reaccionaro en la ultima entrada“Solo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe. Solo la cultura da libertad. No proclaméis la
libertad de vida, sino dad alas, no la de pensar, sino dad del pensamiento. La libertad que hay que
dar al pueblo es la cultura”. (Miguel de Unamuno).
Hoy sabemos que la violencia es un fenómeno complejo, que está caracterizado
esencialmente por un marco social. El ser humano es un animal biopsicosocial. El
comportamiento desviado y con ello, la violencia, no solo es que está visualizado desde
una perspectiva multicausal y multidimensional, sino que la raíz y génesis es fuente de:
lo biológico, lo psicológico y lo sociológico. Este último más subrayado.
La violencia tiene múltiples aristas, dimensiones y factores en nuestro país. Patrones de
género, edad, nivel educativo, pobreza, desigualdad, realidad económica, el espacio
laboral, lugar de residencia y tamaño del hogar y densidad, acceso a agua potable y
energía eléctrica, a la salud, al consumo de drogas prohibidas y legales. Todo ello anidada
e incubada a la estructura económica – social, al contexto social, y, sobre todo, a la
socialización, al aprendizaje social, a la cultura.
Cuando buscamos el hilo conductor de la explicación de la violencia, de la tasa de
homicidios, los elementos empíricos, factuales del mundo niegan que sea la pobreza en
sí misma, la contiene, empero, no es determinante. El eslabón mayormente protagonista
de la violencia, y con ello el rostro más oscuro, es el homicidio, es la cultura y la
confianza. La cultura y la confianza permean gran parte del entramado de la violencia en
todas sus manifestaciones y dimensiones, más allá de la articulación de las estructuras
económicas, sociales, institucionales y el contexto social.
La cultura es la fuente principal de la cohesión social y el capital social. Cohesión y capital
social traen consigo el concepto de equidad, que el Banco Mundial en su informe Cuando
la prosperidad no es compartida, implica que “los ciudadanos deben tener igualdad de
acceso a las oportunidades, ser capaces de vivir con dignidad y tener autonomía y voz
para participar plenamente en sus comunidades, así como decidir sobre sus planes de vida
que ellos mismos valoren”.
Porque la cohesión social es el grado de consenso que se perfila en una sociedad, la
capacidad de crear y construir proyectos comunes. La capacidad de articular y aglutinar
el grado y nivel de pertenencia. Para ello, la confianza se convierte en el eje dinámico que
imbrica al capital social como fuente de asociatividad y de cooperación. Esto es válido a
la luz de la construcción social de la identidad colectiva, que emerge como chispa la
solidaridad, la bondad, generosidad y honestidad. Se trata aquí de realizar una asunción
del valor de los valores (cultura), en el espacio de la socialización y el aprendizaje social.
Veamos, en la búsqueda de una respuesta, que amerita reflexionar a partir de la realidad.
Tasa de homicidios en:
a) Europa: 2.2
b) Continente asiático: 2.3
c) América: 15.0d) América Latina: 20
e) Continente Africano: 12.7
f) Oceanía: 2.9
Tasa de pobreza, en:
1) Europa: Índice de riesgos de pobreza 21.
2) Asia: 40%.
3) África: 35.5% pobreza extrema y 55 de pobreza. De los 28 países más pobres, 23
están en África.
4) América Latina: 26.8%.
5) Oceanía (pobreza relativa): 13.4%.
Tasa de homicidios en:
1) Estados Unidos: 5.8
2) Canadá: 1.9
3) Japón: 0.78
4) China: 0.9
5) India: 2.8
6) Vietnam: 2.8
7) Pakistán: 4.3
La Unión Europea conforma 27 países, sin embargo, en Europa, contando a Europa
Oriental, del Norte, Sur de Europa, configuran de 44 a 50 países, según Datos Macro y el
Insight Crime, la tasa más alta de homicidios para el 2024 es de Rusia con 7.8. En el
Continente asiático, con el 60% de la población mundial y 51 países (dividido en Asia
Central, Oriental, Oeste, Sur de Asia, Sudeste de Asia), el promedio de homicidios es de
2.3. Los países con más homicidios son Laos con 7.0, Mongolia con 5.9, Yemen con 6.3
e Irak con 15.4. En América la tasa de homicidios es de 15/100,000. Estados Unidos 5.8,
Canadá 1.9 y México 19.3. En Groenlandia es de 10.6.Fuente: InSight Crime
Para resaltar el análisis, conviene destacar que Estados Unidos tiene una tasa de
homicidios superior a 49 países del Continente asiático, y, teniendo el ingreso per cápita
más alto que Canadá. La esperanza de vida de Canadá es de 81 años y el PIB per cápita
es de US$54,282.62. El PIB per cápita de los Estados Unidos es de US$75,305.00, pero
la esperanza de vida es de 79.39. El Índice de Desarrollo Humano de Estados Unidos es
más bajo que el de Canadá. (Canadá: 0.939 y Estados Unidos: 0.938). De igual manera,
más bajo que los países de la Unión Europea.
¿Qué explica que Estados Unidos, teniendo un ingreso per cápita más alto, tenga una
esperanza de vida al nacer y un Índice de Desarrollo Humano más bajo que Canadá, Japón
y 24 países de la Unión Europea? El nivel educativo, el acceso a la salud y la cultura de
la identidad colectiva, el sentido de pertenencia, con objetivo común (cohesión social) y
el capital social. Estados Unidos tiene la expresión y el alcance más alto, más álgido del
individualismo. Desprecian el colectivismo y en gran medida, la solidaridad como fuente
de proyectos comunes. Todo esto quiere decir que las condiciones materiales (ingresos)
no son suficientes para una cultura de civilidad, de paz, de armonía entre los congéneres,
de revitalizar los encuentros de consensos, más allá de las diferencias, más allá de la
polarización.Sigamos hurgando, a través de la lista de los 10 países más pacíficos según el Índice
Global de Paz 2024:
1) Islandia.
2) Irlanda.
3) Nueva Zelanda.
4) Austria.
5) Suiza.
6) Singapur.
7) Portugal.
8) Dinamarca.
9) Eslovenia.
10) Finlandia.
De los 10 países, solo 2 no están en Europa: Singapur y Nueva Zelanda (Asia y Australia).
¿Qué lo explica? De nuevo, la cohesión social, el capital social y la visión del bienestar
social, del nivel de vida, de la calidad de vida. La asunción de la social democracia que
la elite política y económica europea se dieron para neutralizar y contrarrestar el auge del
socialismo soviético.
¿Qué ocurre en América Latina? América Latina representa el 8% de la población
mundial. Tiene una tasa de homicidios de 20/100,000 habitantes. No es la región más
pobre del mundo, pero sí la más desigual. El 10% más rico tiene 12 veces más que el 10%
más pobre. África es el continente más pobre, teniendo 54 países, tiene una tasa promedio
de 12.7/100,000 homicidios y, sin embargo, la pobreza extrema ronda el 35% y la pobreza
en general alrededor de 55%.
La República Dominicana, para el 2024, tuvo una tasa de homicidios de 9.6. De los 38
países de América hay solo 7 países que están mejor rankeados que nosotros. 31 países
están peores en el renglón de tasa de homicidios. De la región de América Latina y el
Caribe, que son 33, solo 5.
Como vemos con datos, los niveles de ingresos, de pobreza, no conducen
inexorablemente a la violencia, a la delincuencia. Es decir, no existe una alta correlación,
cual si fuese un axioma, entre esas variables y la conducta desviada. Los factores sociales
(pobreza, desigualdad, empleo, nivel educativo, disfunción familiar, familia
monoparental, densidad en el hogar, drogas, etc.) son escalones que solidifican el
ambiente de violencia, de la delincuencia, vale decir, del comportamiento desviado. Sin
embargo, un punto de inflexión, de la violencia, de la delincuencia, como factores
sociales, son la desigualdad y el consumo de drogas (legal e ilegal).
Cuando vemos a países como Colombia (25.3%/100,000) en la tasa de homicidios,
Ecuador (38.8), Surinam (34.5), Venezuela (26.2), Bahamas (29.2), Jamaica (40.2), San
Cristóbal (59.8), Santa Lucía (42.8), San Vicente (53.7), Haití (45.6), nos damos cuenta
que las drogas y con ello, el crimen organizado, degeneran en violencia/terrorismo.
También, la violencia política, como causa y efecto de la polarización política y ausencia
de mediadores y catalizadores de consenso.
En República Dominicana entre el 37% al 40% de los homicidios son una consecuencia
de los conflictos interpersonales. Esto representa la problemática de las relacionessociales, la manera como abordamos las interactuaciones sociales, como enfrentamos las
diferencias, como gestionamos los conflictos, como logramos el alcance de la civilidad,
de cristalizar la armonía, la cultura de la paz.
La socialización, el aprendizaje social, la cultura, lejos de coadyuvar a la disminución de
la violencia, la acelera, la acomoda, la cimenta. La violencia verbal, física, es como una
cultura normal. ¡La agresividad es fuente inagotable en la sociedad dominicana! No nos
han socializado en la cultura dialógica, sino en la imposición. De la búsqueda necesaria
del encuentro del consenso en medio del disenso. No sabemos escuchar. Respondemos
antes que el interlocutor termine. Lo ideologizamos todo y no nos atenemos a los hechos,
a la realidad. Los actores políticos, en medio de su medianía que aterra, todo lo politizan:
315,000 niños se quedarían fuera de las escuelas. Un apagón en el Aeropuerto, sin
investigar hablan, cuando el director de Relaciones Públicas de esa importante empresa
señaló los fallos internos de la misma.
Tenemos que asumir la cultura como forma de cohesión social, la cultura como expresión
de diversidad, y como conflicto. Como dice Eduardo Infante en su libro Ética en la calle
“La identidad viene delimitada por nuestra memoria. Somos lo que alcanzamos a
recordar. Condenar al hombre cuando ya no habita en él la persona es tan absurdo como
juzgar y encarcelar al arma homicida en lugar de al sujeto que la empuñó”
.
Entre el 27.7% y el 30% de homicidios son consecuencias del crimen organizado. De
cada 100 homicidios de esta naturaleza, el 63% está asociado a las drogas (narcotráfico,
microtráfico). 22.7% de los homicidios son una consecuencia de una Policía que, 86 años
después, actúa militarmente. Primero, brazo armado de la dictadura, después,
perseguidora política y adoctrinada enemiga de los comunistas. Hoy y desde el 1998, con
licencia para asesinar a jóvenes delincuentes, POBRES, en su inmensa mayoría. No
obstante, nunca hemos visto ni siquiera maltratar a un delincuente político y a los
delincuentes de cuello blanco. No tienen autoridad legitimada, más allá de la fuerza. La
Policía constituye, hoy y todavía, el abuso de poder más despiadado. ¡Son, en gran
medida, parte del problema de la violencia, de los homicidios y de la delincuencia!
Todo ello configura el tejido cultural de la violencia. Si a eso adicionamos la falta de la
cultura de la inteligencia emocional, que como dice Marta Guerri “se refiere a la
capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar los estados emocionales de
uno mismo y también de los demás”. John Mayer y Peter Salovey definirían la
inteligencia emocional “es la capacidad de monitorizar nuestros sentimientos y
emociones y los de los demás, a fin de reconocerlos y diferenciarlos y utilizar la
información que obtengamos para dirigir nuestro pensamiento y nuestros actos”.
Yuval N. Harari en su libro Nexus se pregunta “¿Por qué somos tan buenos a la hora de
acumular más información y poder, pero tenemos mucho menos éxito a la hora de adquirir
sabiduría?”
. Nos toca, como sociedad, empujar hacia una revolución social-cultural que
rupture las relaciones de poder basado en el abuso y la fuerza, hacia una mejor integración
de conexión, de horizontalidad, que cristalice una mejor cultura de la paz.