
El presidente Luis Abinader informó este lunes que la permanencia de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) en Haití, liderada por tropas de Kenia, podría extenderse más allá del próximo 2 de octubre, fecha en que expira su mandato actual.
“El mandato vencía en octubre, pero me parece que la ONU tiene un plan para sostener la misión, y creo que se extendió hasta finales de año la presencia de los kenianos. Estados Unidos está manejando esa situación”, indicó el mandatario durante su encuentro semanal con la prensa.
La misión, desplegada oficialmente en junio de 2024, tiene como objetivo apoyar a la Policía Nacional Haitiana, resguardar instituciones del Estado y proteger infraestructuras clave. No obstante, el despliegue inicial de 2,500 efectivos kenianos no se concretó por completo. Actualmente, solo 700 soldados se mantienen en Haití, y su presencia se ha centrado principalmente en tareas de vigilancia institucional.
Durante su reciente intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Abinader advirtió que la misión atraviesa un “período de transición delicado”, por lo que llamó a la comunidad internacional a garantizar su continuidad y legitimidad.
El presidente dominicano expresó su firme respaldo al proyecto de resolución impulsado por Panamá y Estados Unidos —basado en las recomendaciones del secretario general António Guterres— que busca fortalecer la estructura de mando de la MSS, establecer metas claras y colocar el componente logístico bajo control directo de la ONU.
“Nosotros apoyamos esa propuesta tanto en privado como públicamente. Kenia debió desplegar unos 2,500 efectivos, pero apenas hay 700, y no están en acción contra las bandas, sino cuidando organismos del Estado haitiano”, precisó Abinader.
Frente a la incertidumbre sobre el futuro inmediato de la misión, el mandatario reiteró que República Dominicana mantendrá reforzada la seguridad en toda la franja fronteriza, con operativos activos a cargo del Ejército y las Fuerzas Armadas.
La situación de seguridad en Haití continúa siendo crítica, con la expansión del control de las bandas armadas sobre varias zonas urbanas, y una respuesta internacional que aún no logra establecer una presencia efectiva ni sostenida.