Somalia al borde de una crisis alimentaria: millones enfrentan el hambre, mientras se reducen las ayudas internacionales

Nairobi. La falta de alimentos es una dura realidad que padecen millones de personas en Somalia, ubicado en África. Se prevé que este problema podría afectar a 4.4 millones de ciudadanos este año.

El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas ha anunciado que, a partir de noviembre, reducirá el suministro de ayuda a solo 350 ciudadanos de este país, de más de un millón que se beneficiaban anteriormente.

El director de Preparación y Respuesta de esa agencia, Ross Smit, afirmó que "estamos presenciando un peligroso aumento en los niveles de hambre".

Agregó que “nuestra capacidad de respuesta se reduce día a día”, principalmente debido a la falta de financiamiento urgente, por lo que hay “familias que ya se encuentran al límite y se quedarán sin nada cuando más lo necesiten”.

Es preocupante que una cuarta parte de la población del país haya sufrido de hambre en los últimos meses del año.

La agencia de las Naciones Unidas ha ofrecido un dato preocupante, indicando que un millón 850 mil niños podrían sufrir desnutrición a partir de julio de 2026.

Los niveles de inseguridad alimentaria se han disparado este año en el país debido a la crisis combinada de la sequía, el conflicto y los recortes en la ayuda humanitaria, ha advertido el programa de las Naciones Unidas.

Este organismo ha determinado que actualmente necesita 98 millones de euros para continuar con las operaciones vitales y proteger a 800,000 personas hasta el próximo marzo.

“El nivel de respuesta actual está muy por debajo de lo necesario para satisfacer las crecientes necesidades”, lamentó Smith. 

Somalia enfrenta una persistente crisis de hambre impulsada por el conflicto, la crisis climática y la inestabilidad económica, lo que ha llevado a que el país sea considerado el más hambriento del mundo. Aunque se ha logrado evitar la hambruna gracias a la ayuda humanitaria y a las mejoras en las lluvias, millones de personas siguen necesitando apoyo nutricional y la situación es grave, siendo los niños y los desplazados internos los más vulnerables.