
Santo Domingo, RD.- El miembro de la Dirección Política y secretario de Asuntos Internacionales de la Fuerza del Pueblo, Manolo Pichardo, advirtió que la suspensión, por parte de Estados Unidos, de los programas comerciales preferenciales HOPE/HELP, que permitían la entrada de textiles haitianos al mercado estadounidense sin aranceles, constituye "un golpe demoledor" para la frágil economía de Haití y una amenaza directa para la estabilidad de la República Dominicana.
Pichardo recordó que estos programas, vigentes desde 2006, habían transformado al sector textil en el motor de la economía haitiana, siendo responsables de cerca del 90 % del empleo formal y de la mayor parte de sus exportaciones. La eliminación de este beneficio pone a las fábricas haitianas en clara desventaja frente a competidores globales y abre la puerta a un colapso social y económico.
"Sin empleos ni ingresos, decenas de miles de haitianos intentarán sobrevivir cruzando la frontera hacia la República Dominicana, lo que generará presiones humanitarias y de seguridad sin precedentes para nuestro país", alertó el dirigente político.
En paralelo, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la continuidad de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), liderada por Kenia, destinada a asistir a la Policía Nacional Haitiana en la recuperación de territorios dominados por pandillas. El gobierno dominicano ha respaldado esta decisión, resaltando la necesidad de contener la violencia. No obstante, Pichardo sostuvo que, aunque se trata de un paso relevante, "la misión no tendrá un impacto suficiente si no se acompaña de medidas económicas y sociales que aborden las raíces de la crisis haitiana".
El expresidente del Parlamento Centroamericano y de la Copppal planteó que lo verdaderamente estratégico para los intereses de la República Dominicana no es únicamente celebrar el despliegue de tropas internacionales, sino impulsar una respuesta integral que contemple la restitución de mecanismos de comercio preferencial que sostengan el empleo en Haití, la activación de programas internacionales de inversión y desarrollo, y una política fronteriza inteligente que combine seguridad, legalidad y humanidad.
“La comunidad internacional debe comprender que la violencia de las pandillas es solo un síntoma. Si no se abordan las causas económicas y sociales que sustentan la crisis haitiana, la República Dominicana pagará el costo más alto del colapso”, subrayó Pichardo.