
Casi la mitad de la población mundial continúa sin acceso a la seguridad social, es decir, sin prestaciones ni cotizaciones que garanticen derechos básicos como atención médica, pensiones o subsidios por desempleo. Así lo revela un nuevo informe sobre justicia social publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Según el estudio, el 52% de las personas en el planeta goza actualmente de algún tipo de cobertura social, lo que representa un avance de nueve puntos porcentuales con respecto a 2015.
Aun así, el organismo advierte que el progreso es desigual y deja fuera a miles de millones de personas, especialmente en los países de ingresos bajos y medios.
El informe destaca que los grupos más afectados por esta exclusión son los desempleados y los niños. Apenas el 17% de quienes están sin trabajo recibe algún tipo de protección, mientras que solo el 28% de los menores cuenta con cobertura social.
En contraste, las personas mayores presentan el mayor nivel de inclusión, con un 80% que percibe pensiones u otros beneficios.
La OIT señala que la falta de seguridad social limita el desarrollo económico y social, y amplia las brechas de desigualdad. Además, subraya que garantizar una cobertura universal no solo es un imperativo de justicia social, sino también una inversión esencial para fortalecer la resiliencia de las sociedades ante crisis económicas, sanitarias o climáticas.
La organización urge a los gobiernos a reforzar sus sistemas de protección social y a asegurar que nadie quede atrás: ni por su edad, ni por su condición laboral, ni por el lugar donde haya nacido.