
La Casa Blanca anunció que el buque petrolero incautado frente a las costas de Venezuela será llevado a Estados Unidos y su carga de petróleo confiscada, en un proceso legal que la portavoz Karoline Leavitt aseguró se cumplirá rigurosamente.
El buque había sido sancionado desde hace años y fue interceptado por fuerzas estadounidenses en el Caribe, un acto que Caracas calificó de “robo descarado” y “piratería”.
Según Leavitt, la operación busca impedir que el petróleo sancionado financie lo que Washington denomina “narcoterrorismo” de regímenes ilegítimos.
Preguntada sobre los objetivos de la campaña estadounidense en el Caribe, la portavoz señaló que se persiguen “varios fines” en la región, destacando que la administración del presidente Biden ha adoptado un enfoque sin precedentes en América Latina y el Caribe, ahora considerado estratégico en la nueva Estrategia de Seguridad Nacional.