Colectivo ciudadano critica reducción del presupuesto de formación docente

Santo Domingo, RD.- En medio del debate sobre el presupuesto educativo para 2026, el Colectivo Ciudadano por la Calidad Educativa alerta sobre una medida gubernamental que considera contraproducente: reducir la asignación destinada a la formación y capacitación de docentes de las escuelas públicas. La agrupación sostiene que esta medida, lejos de mejorar la calidad educativa, agrava el problema existente.

Según el colectivo, la evidencia disponible hasta la fecha indica que la calidad de la formación y capacitación que recibe el magisterio dominicano es deficiente, y que la mayoría de los programas formativos no se traducen en mejoras sustantivas en la enseñanza y el aprendizaje en las aulas. “La solución no es recortar recursos; es garantizar que cada peso invertido en formación docente sea más efectivo, medible y responsable ante la sociedad”, afirma el Prof. Juan Valdez, vocero del colectivo.

El colectivo destaca que el diagnóstico no es nuevo y se basa en consultas con docentes de escuelas públicas. Los hallazgos indican una brecha entre el gasto y los resultados observables en el aula, lo que sugiere fallas en la selección de programas, su diseño, su implementación y la falta de una evaluación rigurosa de su impacto. En este contexto, advierte que la reducción presupuestaria "sería contraproducente", ya que no disminuir el presupuesto destinado a la capacitación docente solo agravaría la baja calidad de la formación que reciben.

Para el Colectivo Ciudadano por la Calidad Educativa, la manera adecuada es transformar la calidad del gasto a través de tres ejes estratégicos:

• Liderazgo competente en las instituciones responsables: es indispensable designar y apoyar a funcionarios con capacidad técnica y gerencial en el Ministerio de Educación y en INAFOCAM para asegurar gobernanza eficaz, evaluación rigurosa y rendición de cuentas.
• Evaluación basada en evidencia: implementar una evaluación de desempeño docente autentica y con verdadero rigor científico, que permitan identificar las necesidades formativas reales de los docentes y qué programas generarían impactos reales en la enseñanza y el aprendizaje, y eliminar o reformar aquellos que no demuestren resultados o que resulten ineficientes.
• Empoderamiento profesional docente: fomentar una cultura crítica entre los docentes respecto a la oferta formativa, promover la participación en selecciones de programas con evidencia de impacto y facilitar reclamos colectivos para mejorar la calidad de la formación.

“Los docentes deben convertirse en agentes activos de la calidad educativa: deben saber evaluar críticamente la oferta formativa, rechazar programas sin impacto comprobado y exigir mejoras. Cuentan con mi apoyo en esa labor”, enfatiza el vocero del colectivo.

Indica, además, que reducir la asignación a la formación docente sin una revisión profunda de la calidad de la oferta no solo no mejora la educación, sino que agrava las condiciones de aprendizaje en las aulas. “La fiebre no está en la sábana”, concluye la agrupación, para llamar la atención sobre la necesidad de soluciones estructurales y bien fundamentadas.