
Una intensa tormenta invernal golpeó desde la noche del viernes a la región de los Grandes Lagos y el noreste de Estados Unidos, provocando fuertes nevadas, formación de hielo y un severo impacto en el transporte aéreo y el suministro eléctrico.
El mal tiempo generó un colapso en los aeropuertos.
Datos de FlightAware indican que la mañana del sábado se registraron cerca de 2,500 vuelos retrasados y al menos 650 cancelados en todo el país.
Los aeropuertos de JFK, LaGuardia y Newark, en el área metropolitana de Nueva York, junto al Logan de Boston, figuran entre los más afectados.
La Administración Federal de Aviación (FAA) reportó que los vuelos con destino a JFK enfrentaron retrasos promedio de hasta dos horas, a lo que se sumaron demoras en pista.
Estas cifras se agregan al caos del viernes, cuando se contabilizaron más de 8,500 retrasos y 1,700 cancelaciones.
El impacto se produce en pleno auge de viajes por las festividades, con la Administración de Seguridad del Transporte (TSA) proyectando el desplazamiento de 2.86 millones de pasajeros solo este domingo.
Mientras la nieve continuaba cayendo hasta el amanecer en Nueva York y el noreste de Nueva Jersey, el Servicio Meteorológico Nacional informó que el sistema comenzaba a perder fuerza en otras zonas.
En Michigan, la acumulación de hielo sobre árboles y líneas eléctricas dejó a más de 30,000 hogares y negocios sin electricidad.
Las autoridades neoyorquinas activaron con antelación operativos de emergencia, desplegando quitanieves y esparciendo sal en las vías.
Aunque se esperaba una nevada histórica, en la ciudad se acumularon poco más de 10 centímetros, mientras que Connecticut superó los 20 centímetros y Hartwick, Nueva York, registró más de 28 centímetros.
Según registros oficiales, Nueva York no experimentaba una nevada superior a los 10 centímetros desde enero de 2022, cuando una tormenta dejó acumulaciones cercanas a los 20 centímetros.