
Santo Domingo.- En los últimos años, el Gobierno dominicano ha impulsado una ambiciosa agenda de infraestructura con el objetivo de mejorar la movilidad urbana, los servicios de salud y la conectividad vial en todo el país. Sin embargo, mientras algunos proyectos avanzan y se inauguran con bombos y platillos, otros han despertado cuestionamientos sobre su calidad, planificación y verdadero impacto en la ciudadanía.
Inaugurada en agosto de 2025 como una solución para aliviar el tráfico en la carretera Sánchez, la circunvalación de Baní generó grandes expectativas. No obstante, apenas dos meses después, aparecieron grietas y fisuras en el pavimento que encendieron las alertas de conductores y técnicos.
Las fallas, visibles especialmente antes de la entrada a Galeón, obligaron a las autoridades a colocar barreras plásticas como medida temporal mientras se determina la responsabilidad de la empresa contratista. Este incidente pone en tela de juicio la durabilidad y la planificación de una de las obras más promocionadas del país.
Bajo el sol incansable de Santo Domingo Oeste, el paso a desnivel de Pintura, inaugurado en octubre de 2025, se presentó como una solución al caos vehicular del cruce de Isabel Aguiar con la Prolongación 27 de Febrero. La obra buscaba devolver ritmo a la ciudad y responder al clamor de miles de conductores.
Sin embargo, más allá de las felicitaciones, las redes sociales se han convertido en un escenario de críticas y dudas sobre su impacto real. La obra ha abierto un debate necesario sobre la planificación urbana y la necesidad de abordar el tránsito como un sistema integral. Pintura, hoy distinta, sigue siendo un reflejo de una ciudad que crece y busca caminos para avanzar.
La construcción de la verja perimetral que delimita la frontera con Haití registra un avance del 84 % en su primera etapa, abarcando Dajabón, Montecristi, Elías Piña e Independencia. El proyecto, parte del plan estratégico del presidente Luis Abinader, busca fortalecer la seguridad fronteriza, controlar la migración irregular y proteger a los ciudadanos.
Paralelamente, los operativos fronterizos de diciembre de 2025 resultaron en casi 1,000 detenciones y más de 900 deportaciones, generando críticas de organizaciones internacionales que alertan sobre posibles abusos de derechos humanos. A pesar de la polémica, el Gobierno defiende la iniciativa como prioritaria para la seguridad nacional, mientras mantiene un diálogo binacional para ampliar la verja y mejorar el control fronterizo.
La ampliación y remozamiento del Hospital Simón Stridels en Azua, proyectada para fortalecer la atención pediátrica, sufrió un colapso parcial del techo del segundo nivel a finales de diciembre de 2025. Este incidente encendió alarmas sobre posibles fallas en la supervisión y control de calidad de la obra, generando críticas y preocupación entre los profesionales de la salud y la comunidad.
El proyecto de ampliación vial de la Avenida República de Colombia en el Distrito Nacional, destinado a mejorar el flujo vehicular, ha enfrentado resistencia por su posible impacto urbano y ambiental, especialmente cerca del Jardín Botánico Nacional.
Los residentes y urbanistas cuestionan si la obra realmente resuelve los problemas estructurales de congestión, mientras exigen mayor claridad en la planificación y preservación de espacios verdes y peatonales. La obra evidencia que resolver el tráfico urbano implica mucho más que ampliar vías.
El monorriel urbano en Santiago genera tanto expectativa como críticas. Mientras el Gobierno destaca avances y promete transformar la movilidad, ciudadanos y técnicos señalan problemas de planificación y coordinación vial, con caos en avenidas reabiertas sin regulación adecuada de semáforos ni agentes de tránsito. La obra refleja los desafíos de implementar grandes proyectos de transporte en entornos urbanos complejos.