La Conferencia Episcopal Española publicó este jueves el informe 'Para dar luz' sobre los abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia católica en el país. El documento revela que 927 personas contactaron con las Oficinas para la Protección de Menores y Prevención de Abusos para dar su testimonio como víctimas de abusos sexuales.
Las víctimas denunciaron a 728 agresores en el ámbito de la Iglesia católica, el 99 % de los cuales eran hombres. En términos de afiliación eclesiástica, 378 agresores, o el 52%, son clérigos, 208 son religiosos y 92 son laicos, y en 23 de los casos la víctima desconocía la condición eclesial. Según el informe, el 63,60% de las víctimas han fallecido ya.
Iglesia Católica boliviana reconoce haber sido "sorda" ante sufrimientos de víctimas de pederastia
La gran mayoría de las víctimas, un 82,62 %, son varones, frente al 17,38 % de casos en que los abusos fueron sufridos por niñas.
De las 728 denuncias que recoge el informe, un 75 % corresponde a antes de 1990. La década con mayor número de casos registrados es entre 1970 y 1980, cuando se tiene constancia de 172 abusos. Desde principios de los años 90 del siglo XX hasta 2010 se produjo un descenso significativo en el número de denuncias, pero entre 2010 y 2020 se registraron 60. En los últimos tres años se han denunciado 34 agresiones, lo que indica un aumento de los delitos sexuales en la Iglesia católica española.
El informe también incluye datos sobre la localización de los delitos. Casi el 47 % de los abusos fueron cometidos en el ámbito escolar, el 15,79 % en el ámbito parroquial (parroquia, iglesia, rectoral, centros parroquiales, etc.) y el 14,57 % en seminarios, internados o escolanías. El 7,28 % de agresiones tuvieron lugar en excursiones, acampadas o peregrinaciones, y el 15,4 % en otros espacios, tales como casas familiares, automóviles o casas religiosas.
"No nos cansaremos de pedir perdón, pero tampoco de atender a las personas que sufran esta lacra, en cualquier lugar, ni de poner los medios para que la Iglesia sea cada vez más un lugar seguro para niños y jóvenes", declaró el secretario general de la Conferencia Episcopal, César García Magán, en relación con el informe. "Miembros de esta Iglesia han dañado a miembros de la Iglesia y de la sociedad, en su vulnerabilidad e inocencia más absoluta. Sentimos dolor y vergüenza", agregó.