Roma. El índice de referencia de los precios internacionales de los productos alimenticios disminuyó en mayo como resultado de caídas significativas de las cotizaciones de la mayoría de los cereales, los aceites vegetales y los productos lácteos, según informó hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El índice de precios de los alimentos de la FAO, que hace un seguimiento mensual de los precios internacionales de los productos alimenticios más comercializados, registró un promedio de 124,3 puntos en mayo, es decir, un 2,6 % menos que en abril y un 22,1 % por debajo del máximo histórico alcanzado en marzo de 2022.
El índice de precios de los cereales de la FAO disminuyó un 4,8 % respecto del mes anterior, debido a una caída del 9,8 % en las cotizaciones mundiales del maíz a consecuencia de las perspectivas favorables sobre la producción unidas a la atonía de la demanda de importaciones. Los precios mundiales del trigo también disminuyeron —un 3,5 %—, debido a la abundancia de la oferta y a la nueva prórroga de la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro. Por el contrario, los precios internacionales del arroz siguieron aumentando en mayo, sostenidos por las compras en Asia y la mayor escasez de la oferta en algunos países exportadores, como el Pakistán y Viet Nam.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO cayó un 8,7 % en mayo, registrando un promedio un 48,2 % por debajo de su nivel de hace un año. Los precios internacionales del aceite de palma cayeron notablemente desde abril, al coincidir una prolongada debilidad de las importaciones mundiales con el aumento de la producción en los principales países productores. Los precios mundiales del aceite de soja cayeron por sexto mes consecutivo como resultado de una excelente cosecha de soja en el Brasil y unas reservas superiores a lo previsto en los Estados Unidos de América. Los precios de los aceites de colza y de girasol siguieron disminuyendo a raíz de la abundante oferta mundial.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO disminuyó un 3,2 % desde abril, a consecuencia de una pronunciada caída de los precios internacionales del queso debida principalmente a las abundantes disponibilidades exportables en el contexto del pico estacional de la producción lechera en el hemisferio norte. Sin embargo, repuntaron las cotizaciones internacionales de las leches en polvo, al igual que las de la mantequilla.
El índice de precios del azúcar de la FAO registró su cuarto aumento mensual consecutivo, con un alza del 5,5 % desde abril, y alcanzó un nivel casi un 31 % más alto que un año antes. El gran aumento se debió a la mayor escasez mundial de disponibilidades, la creciente preocupación por el efecto del fenómeno El Niño en las cosechas de la próxima campaña y las demoras en los envíos en un contexto de fuerte competencia de la soja y el maíz en el Brasil. Las perspectivas positivas para las cosechas de caña de azúcar de 2023 en el Brasil, al igual que el descenso de los precios internacionales del crudo, impidieron mayores subidas mensuales de los precios.
El índice de precios de la carne de la FAO también subió en mayo, con un aumento del 1,0 %, principalmente a causa del mantenimiento de una elevada demanda de importaciones de carne de aves de corral en Asia y la persistente escasez de la oferta de carne de bovino en los Estados Unidos de América.
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Se prevé un repunte de la producción mundial de cereales, así como un aumento de las reservas mundiales hasta niveles récord
Las perspectivas iniciales para la campaña 2023/24 apuntan a un probable aumento del 1,0 % en la producción mundial de cereales en 2023, con lo que esta alcanzará los 2 813 millones de toneladas, de acuerdo con la última Nota informativa de la FAO sobre la oferta y la demanda de cereales, publicada también hoy.
El incremento previsto se debe a los pronósticos de aumento de la producción de maíz, arroz y sorgo, mientras que la de trigo y cebada podría caer por debajo de los niveles de 2022.
El primer pronóstico de la FAO sobre la utilización mundial de cereales en 2023/24 se sitúa ahora en 2 803 millones de toneladas, lo que supone un alza del 0,9 % respecto del nivel de 2022/23, debido principalmente a su mayor uso como piensos, sobre todo del maíz, seguido del aumento del consumo de alimentos, especialmente de trigo y arroz.
Sobre la base de estos pronósticos iniciales, las reservas mundiales de cereales en 2023/24 podrían superar en un 1,7 % sus niveles de apertura y alcanzar el récord de 873 millones de toneladas, mientras que la relación entre las reservas mundiales de cereales y su utilización disminuiría ligeramente y se ubicaría en un 30,4 %.
Se prevé que el comercio mundial de cereales en la campaña de comercialización 2023/24 ascenderá a 472 millones de toneladas, cifra cercana al nivel registrado en 2022/23, ya que se estima que el aumento de los volúmenes comercializados de cereales secundarios y arroz (en el caso del arroz, comercio de enero a diciembre de 2024) compensará la disminución prevista del comercio mundial de trigo.