Venezuela.-Alejandro Jesús Celis Rojas era el Fiscal Superior del Táchira, y uno de los hombres de confianza del Fiscal General Tarek William Saab, hasta que el 10 de noviembre 2023 fue obligado a renunciar y luego denunciado por varias supuestas víctimas de violencia contra la mujer e intento de soborno.
Al sentirse traicionado por una fiscal con quien sostenía amores, se quebró emocionalmente y sin proponérselo desenmascara una putrefacta trama: los códigos de mercancía que pasaba por las trochas, con la frontera cerrada, y parte del pago era para el Protectorado del ahora gobernador Freddy Bernal.
El relajo sexual en el Ministerio Público. Y los procedimientos de la DGCIM y la Fiscalía contra él lo que ha sido un modus operandi en casos de interés político.
Celis Rojas, quien estuvo cinco años en el cargo, se quejó ante el Tribunal de haber estado “seis días privados de libertad, sin que se notificara al Ministerio Publico. “¿Quién no va a llorar estando preso? ¿que no te dejan ver a tu familia? ¿no te presten un teléfono? cualquiera llora.
Cuando me trasladan no había orden de aprehensión, no había hecho flagrante. Me trasladan a Caracas donde supuestamente me iban a entrevistar; me meten en revisión médica, me meten en una sala de espera, en un cuarto de paredes grises, asientos de madera, dormí toda la noche y mi almohada fue uno de mis zapatos, un poco de cámaras, no me maltrataron, pero para mí es una violación de derechos humanos”.
Le dijo a Peggy María Pacheco de Araque, Juez del Tribunal de Violencia Contra la Mujer en Funciones de Control, Audiencia y Medidas, “estoy siendo víctima del Estado venezolano, a través de un organismo policial, privado de libertad, no han notificado durante el lapso de las 12 horas al Ministerio Publico, lo que es violación flagrante de normas de carácter constitucional y de orden público, que conllevan a la nulidad de cada una de estas actuaciones. Hoy tenemos cinco denuncias, mañana viene otra, inventando otra cosa.
Ciudadana juez, con todo el respeto y cariño que le tengo, no es mentira le tengo estima a usted, ¿Por qué no lo hicieron cuando yo estaba en el cargo?”, dijo, a la vez que declaró sufrir de la tensión, tener diabetes y necesitar una alimentación adecuada, que su esposa no podía llevarle a la DGCIM.
Lo que representó el punto de quiebre del hasta entonces Fiscal Superior, que lo llevó a las lágrimas, fue saber que uno de los denunciantes es una funcionaria con quien aseguró tenía tres años de relación extramatrimonial. “La peor traición es la de Catherine fue lo peor, porque a esa mujer la amé de verdad ciudadana juez. Tenga compasión de mí, y deme por lo menos un arresto transitorio o una medida cautelar menos gravosa. Se lo pido, no fui malo, no robé a nadie”.