Lo que prometía ser una velada inolvidable al ritmo del merengue clásico "Color de rosas", interpretado por el legendario Rubby Pérez, terminó convirtiéndose en una de las tragedias más devastadoras de la historia reciente de la República Dominicana.
A las 12:50 de la madrugada del pasado sábado, el techo de la emblemática discoteca Jet Set colapsó repentinamente, sepultando bajo los escombros a cientos de asistentes que disfrutaban de una noche de música, baile y reencuentros familiares. Las transmisiones en vivo en redes sociales se interrumpieron abruptamente, siendo reemplazadas por imágenes de confusión, polvo, gritos y llamados desesperados de auxilio.
Lo que antes era una fiesta se convirtió en un horror.
Minutos después del derrumbe, las redes sociales se llenaron de rumores, imágenes y súplicas de ayuda. Los videos compartidos mostraban un escenario de pánico absoluto. La tragedia sorprendió a todos. La noticia oficial comenzó a circular pasadas las 6:00 a.m., despertando a una nación incrédula ante la magnitud de lo sucedido.
El primer balance ofrecido por las autoridades mencionaba 13 personas fallecidas, pero con el paso de las horas y el avance de los equipos de rescate, esa cifra aumentó considerablemente.
En apenas dos días, el conteo subió a 221 víctimas fatales. Cada nombre identificado representaba una familia desgarrada, una historia truncada, un vacío irremplazable. Las redes sociales se llenaron de retratos: algunos posaban sonrientes, otros aparecían con seres queridos. Eran los desaparecidos.
Una de esas historias es la de Nikolai Urraca Matos, número 132 en la lista de víctimas confirmadas. Este joven de 33 años, oriundo de Azua, fue recordado por sus compañeros de la Universidad Autónoma de Santo Domingo como un estudiante brillante, apasionado por el conocimiento, periodista y docente en formación. Su fallecimiento dejó un vacío imborrable en su comunidad.
Su familia, al igual que muchas otras, esperó durante horas noticias que nunca deseó escuchar.
El país está sumido en un duelo nacional. El presidente ha declarado tres días de luto oficial, mientras avanzan las investigaciones sobre el colapso. Se ha convocado de emergencia a ingenieros estructurales para determinar las causas exactas del derrumbe. Ya se habla de posibles fallas en la estructura del techo, que no ha recibido el mantenimiento adecuado desde hace más de una década.
El caso ha escalado a nivel internacional, con medios de distintos países haciéndose eco de la tragedia en el Jet Set, uno de los lugares más emblemáticos del entretenimiento nocturno en la República Dominicana.
Hoy, la lista de víctimas confirmadas sigue creciendo. Nombres como Anneurys Viñas, María Isabel Peguero, Sheila Berroa y César López Gonell, entre muchos otros, se suman al extenso y doloroso recuento que, con cada actualización, rompe el corazón de todo un país.
Los funerales se multiplican en distintos puntos del país. Desde Azua hasta Santiago, y desde Higüey hasta San Pedro de Macorís, toda la República Dominicana se convierte en un solo pueblo afligido.
Lo ocurrido en Jet Set ha dejado más que escombros; ha dejado una marca en la historia nacional.