Santo Domingo-Millones de cristianos conmemoran en todo el mundo la Pasión y Muerte de Jesús, una fecha clave del Triduo Pascual y centro espiritual de la Semana Santa.
Este viernes, fieles de distintas partes del mundo se sumergen en una de las conmemoraciones más solemnes del calendario cristiano: el Viernes Santo, día en que se recuerda la crucifixión y muerte de Jesucristo en el monte Calvario.
Esta jornada, profundamente espiritual, forma parte del Triduo Pascual —junto al Jueves Santo y el Sábado Santo— y marca el corazón de la Semana Santa, cargada de dolor, reflexión y una firme esperanza en la resurrección.
Una cruz que redime al mundo
Durante el Viernes Santo, los cristianos evocan con reverencia el sacrificio de Jesús, quien, según la fe cristiana, entregó su vida en la cruz para la redención de los pecados de la humanidad. En este día, la cruz se convierte en símbolo de salvación, y es objeto de adoración en templos católicos y cristianos de todo el mundo.
A diferencia de otras jornadas litúrgicas, no se celebra la misa. En su lugar, se lleva a cabo la Celebración de la Pasión del Señor, una liturgia especial que se realiza en la tarde, hacia las 3:00 p.m., hora en la que se cree que Jesús entregó su espíritu. Esta ceremonia se compone de tres momentos significativos: la Liturgia de la Palabra, la Adoración de la Cruz y la Comunión Eucarística.
Ayuno, oración y devoción
En señal de respeto y penitencia, los fieles observan ayuno y abstinencia de carne, práctica común en distintas denominaciones cristianas como la católica, ortodoxa, anglicana, metodista y luterana.
Una de las devociones más significativas del día es el Vía Crucis, o “camino de la cruz”, donde los creyentes meditan 14 estaciones que representan el recorrido de Jesús hacia el Calvario. Esta práctica, que puede llevarse a cabo en interiores o como procesión pública, en ocasiones es dramatizada por miembros de la comunidad, convirtiéndose en una poderosa representación de la Pasión.
Además, se recuerda con profundo respeto las siete palabras de Jesús en la cruz, frases pronunciadas en sus últimos momentos que invitan a la reflexión sobre el perdón, el amor, la fe y el abandono en Dios:
Silencio y esperanza
El Viernes Santo no es solo un día de duelo, sino también de esperanza. A través del recogimiento, la oración y los rituales, los fieles renuevan su confianza en el amor redentor de Dios y en la promesa de la resurrección, que se celebra dos días después, el Domingo de Pascua.
Es una jornada de profunda introspección espiritual, en la que el mundo cristiano se une en silencio para contemplar el misterio de la cruz y reafirmar su fe en la victoria de la vida sobre la muerte.